Actas de dos de las reuniones celebradas por los Comisarios y Delegados Políticos de la 109ª Brigada Mixta, y breves biografías de algunos de sus comisarios

Breve comentario del Acta de la reunión celebrada en el Comisariado tras el día 13 de abril y antes del 20 de julio de mil novecientos treinta y ocho, entre Comisarios y Delegados Políticos de la 109ª Brigada

La primera acta de la reunión de comisarios que transcribimos a continuación y cuya primera hoja no pudo ser recuperada, está elaborada con anterioridad al 20 de julio de 1938, ya que se describe la relación que mantenían las unidades militares republicanas con la población civil de Acedera (Badajoz) donde estaban acantonados, siendo ocupada esta localidad por las tropas franquistas durante la fecha indicada, por lo que no pudo ser redactada posteriormente.

En este documento se indica también, que el 434º Batallón de la 109ª Brigada Mixta, durante las operaciones desarrolladas en el Sector del Puente del Arzobispo (Toledo), que tuvieron lugar entre el 3 y 13 de abril de 1938, intervino agregado a la 63ª Brigada Mixta. Por lo tanto, debemos pensar que esta reunión de comisarios de las unidades de la 109ª Brigada, tuvo lugar en una fecha posterior al 13 de abril de 1938, una vez terminadas dichas operaciones.

Combatiente y bandera republicana.

Como un destacado incidente de la batalla en la que tomó parte el 434º Batallón, el comisario que narra los hechos comenta que “temió que la moral se derrumbara después de la retirada del pueblo de Carrascalejo”.

El 434º Batallón que se encontraba inicialmente en el pueblo de Navalvillar de Pela (Badajoz), se trasladó al sector donde operó a pie, realizando una marcha de más de cuarenta kilómetros, y entrando seguidamente en fuego, sin que, por ello, disminuyera su capacidad combativa ni tampoco su moral.

A los soldados se les aseguró que las líneas exteriores del pueblo en Carrascalejo eran fuertes y no podía romperlas el enemigo, y no fue así, los mismos soldados de su batallón, tuvieron que salir a las líneas del exterior para reforzarlas, puesto que el batallón de la 63ª Brigada que las ocupaba se estaba retirando, tanto es así que los últimos reductos de los facciosos se tomaron por un tanque y dos escuadras de soldados nada más.

Estas operaciones se llevaron a cabo porque apenas se hizo cargo de su nuevo puesto, la jefatura del VII Cuerpo de Ejército, el teniente coronel Rúbert, ordenó la ejecución de una nueva acción ofensiva de carácter local. Una orden particular del 3 de abril, encomienda a la 29ª División, a cuyo mando con carácter accidental había sido nombrado el mayor Antonio de Blas, hasta entonces jefe de la 109ª Brigada, la misión de romper el frente en la cabeza de puente del Puente del Arzobispo (Toledo) y ocupar Villar del Pedroso (Cáceres), Carrascalejo (Cáceres) y Navatrasierra (Cáceres). Intervendrían como fuerzas de maniobra tres batallones de la 63ª Brigada, uno de la 46ª y otro de la 109ª (el 434º), una sección de guerrilleros, un escuadrón de Caballería y tres baterías. Se daba libertad de acción al jefe de la 29ª División quien debía cubrir sus objetivos antes del día 5 de abril.

A petición de Suárez Planerías, el comunista asturiano jefe de la 63ª Brigada Mixta que sustituyó en el mando a José Bertomeu cuando éste pasó como jefe de Estado Mayor de su hermano, el ataque, que debía iniciarse el día 5 de abril, se aplazó para el 6, pero el 250ª batallón que había de ocupar la vanguardia no se enteró del aplazamiento y atacó en la fecha inicialmente prevista situándose a retaguardia de Carrascalejo entre el puerto de Navatrasierra y La Serrana. Ello obligó a empeñar el 182º Batallón de la 46ª Brigada y posteriormente al resto de las fuerzas y a otras que vinieron en su auxilio, dos batallones de la 216ª Brigada y uno de la 217ª de la 67ª División. El día 8 de abril alcanzan Carrascalejo que ocuparon sin más excepción que la casa cuartel de la Guardia Civil, pero un contraataque les obligó a desalojar el pueblo y regresar a las bases de partida.

De Blas volvió a su Brigada, la 109ª, y entregó el mando de la 29ª División al teniente coronel de la G.N.R. (Guardia Nacional Republicana), Fernando Monasterio Bustos que había sido nombrado el día 30 de marzo pero que no se incorporó hasta el 10 de abril. Rúbert destituyó a los jefes de la Brigadas 63ª (Suárez Planerías) y 46ª (Acracio Gómez) y nombró para sustituirlos a Pérez Martín Parapar y Juan Guijarro Iniesta. Parapar había mandado por Guadalajara la 66ª Brigada Mixta y era hombre del Quinto Regimiento; Guijarro era un antiguo sargento legionario, mayor de milicias y del que el comisario del Ejército opinaba que era inmoral, despótico y odiado por sus soldados, lo que me inclina a creer que también sería comunista, gente que era particularmente antipática al comisario.

Nuevo comentario del Acta de la segunda reunión celebrada en el Comisariado el día dieciséis de agosto de mil novecientos treinta y ocho, entre Comisarios y Delegados Políticos de la 109ª Brigada

La segunda acta, de la reunión del 16 de agosto de 1938 en Talarrubias, recoge los comentarios y análisis que los comisarios de los batallones exponen tras los primeros combates de los últimos días de julio, durante el cierre de La Bolsa de la Serena, y la ofensiva que tuvo lugar sobre la localidad de Casas de Don Pedro, y cuyas líneas cubría casi en su totalidad la 109ª Brigada. Se habían desarrollado también los combates en la sierra desde Pico Rostro hasta el cortijo de San Simón, pasando por la posición de Atalaya, que culminó con la ocupación de Valdecaballeros (Badajoz), el día 14 de agosto, pero por estar el 435º Batallón de la 109ª Brigada, quien participó en los mismos, incorporado a la 29ª División, no había llegado todavía la noticia de la derrota republicana.

Prada, jefe del Ejército de Extremadura republicano, trató de establecer a sus combatientes a cubierto, tras una línea fijada sobre las localidades de Casas de Don Pedro, Puebla de Alcocer y Almorchón y la estación de Zújar, proyectando crear tres nuevos escalones fortificados. Una orden de 29 de julio disponía la intensificación de los trabajos por parte de todos, junto con la recuperación de unidades y la reorganización de los servicios tras el embate de la ofensiva de la bolsa de La Serena. En los trabajos se emplearía el máximo de personal.

El frente defensivo que tenían asignado las fuerzas de la 109ª Brigada republicana que defendían la línea del Guadiana, comprendía de Norte a Sur, desde la posición La Gargantilla, hasta el Arroyo del Rubial, pasando por La Trinidad, Vértice Calderona, la Cota 506, la Curva de nivel 500, la posición de Atalaya, Puerto de Carrascal, Pico Rostro, camino de Guadalupe a Casas de Don Pedro, Campo Frío, Casa de Chiva, Laguna de la Dehesa, cota 346, Casa de Galapagueros, margen izquierda del Guadiana hasta Peñaflor, siguiendo por cerro de la Casa Bodeguilla, Cerro del Cardo, Vértice 430, hasta Hernán Cabrera y Chozas.

La Agrupación Múgica, del Ejército del Centro sublevado, rompió el 10 de agosto la línea del frente por el sector de Casas de Don Pedro (Badajoz). A las 6´15 de la mañana su artillería inició un intenso fuego sobre las posiciones de la localidad.

Casi una hora después, a las 7 de la mañana, tras ser batido y despejado el terreno de la ofensiva, las patrullas de exploración franquistas, de la 1ª Brigada de la 11ª División al mando del teniente coronel Casto González-Rojas, partiendo de Navalvillar de Pela, apoyada por fuerzas de Caballería y de la 2ª Brigada de la 19ª División, tomaron contacto con las fuerzas del 434º Bón, generalizándose el fuego, siendo el primer punto de choque las posiciones comprendidas en la dirección del eje de la carretera que conducía desde Navalvillar de Pela a Casas de Don Pedro en el kilómetro 14, defendida por una sección procedente de la 3ª Brigada Divisionaria pero afecta al 434º Bón, que sin resistencia alguna se replegó para protegerse como unos 200 metros a unas paredes de piedra que allí había.

Enterados de este hecho, el capitán Jesús Rives Martínez y José Huertas, jefe y comisario respectivamente del citado batallón, se trasladaron a este lugar, colocando nuevamente las fuerzas de esta sección en su sitio. Este mismo jefe, dio órdenes para que la compañía del 436º Bón que se encontraba de reserva en Casas de Don Pedro contraatacara, pero el enemigo obligó por medio de su numeroso fuego de armas automáticas a desplegar las fuerzas republicanas, impidiendo que pasara más adelante de las paredes de piedra antes citadas.

Simultáneamente a esta arremetida, tres o cuatro compañías de un batallón de la 11ª División nacional a la vanguardia, acometen el emplazamiento defensivo de Atalaya, las tropas atacantes abrieron fuego con morteros y artillería sobre esta posición, consiguiendo su infiltración por las inmediaciones de la carretera para entrar de frente y de costado, logrando desbordarla, tras la intensa refriega, por el flanco izquierdo en dirección a  El Risquillo,

La avanzadilla sublevada, una vez ocupada aquella última posición, prosiguió su avance metódicamente, entre el río Guadiana y Atalaya tomando las alturas y adelantándose en profundidad por la parte izquierda, tratando de envolver el municipio de Casas de Don Pedro. Las fuerzas de la compañía del 436º Bón agregados al 434º Bón son trasladadas a dicha localidad con objeto de organizar su defensa. Esta compañía resiste de tal forma que el enemigo tiene que emplear toda clase de armas y efectivos para tratar de conseguir la conquista del mencionado pueblo.

Al mismo tiempo que se operaba dentro de esta población, las unidades franquistas atacan las posiciones gubernamentales de Casa Chiva con dos batallones y un escuadrón de caballería, amenazándolas además con un nutrido fuego de morteros, a pesar de lo cual las fuerzas republicanas les causaron buen número de bajas.

Conseguido este último objetivo, las tropas de la 11ª División, se dirigieron a otra avanzada, la de Campofrío, cogiendo de revés estas posiciones republicanas, aunque los soldados que las guarnecían pudieron salir de allí y retroceder a sus ubicaciones en el río Guadiana.

Una vez ocupados por parte de la División franquista los anteriores objetivos, concentraron su esfuerzo hacia Pico Rostro, a cuyos hombres se unen más tarde otras seis compañías, que partiendo de Casas de Don Pedro continúan en la misma dirección, con cuyas fuerzas atacan entre dos luces las defensas republicanas del citado pico que, tras intenso combate, estas últimas se ven obligadas a abandonar y replegarse sobre la cresta Atalaya.

Durante la primera fase de estas operaciones en La Siberia, las fuerzas del Ejército del Centro franquista llevaron a cabo un brillante avance entre los ríos Gargáligas y Guadiana, en un frente de 16 kilómetros y de una profundidad de 12, venciendo las resistencias de su enemigo republicano, ocupando y rebasando el pueblo de Casas de Don Pedro y otros lugares como Los Moñinos, Los Rosales, Media Legua, Losas Grandes y Las Lobillas, así como el resto de las posiciones señaladas más arriba.

Aunque al final de la jornada bélica, las fuentes republicanas desconocían el número exacto de bajas que habían tenido, estimaban las mismas en unos 25 heridos y 150 desaparecidos. Hay que suponer que la mayor parte de estos desaparecidos fueron víctimas de los combates. Las bajas franquistas debieron ser todavía más elevadas, sobre todo soldados moros que integraban los batallones y compañías que actuaron a la vanguardia de la ofensiva.

Al día siguiente, por haberse hecho el corte del límite del Sector que guarnecía la 109ª Brigada, por la parte Norte, a partir de la Casa de Pacha, el 435º Bón quedó afecto a las órdenes de la 29ª División. Así que, tres días más tarde, cuando las fuerzas nacionales reanudan las operaciones desde las últimas posiciones conquistadas de Pico Rostro, es este batallón quien tiene que contener la fuerte embestida que, a través de la zona más montañosa, acomete su enemigo.

El día 13 agosto la 11ª División, partiendo de la zona Norte del despliegue, conquista el Vértice Atalaya y las primeras estribaciones del macizo de la Chimenea, venciendo la enorme resistencia del 435º Bón. A las dos y media de la tarde ocupa Valdecaballeros y todas las alturas serranas en que se encuentra enclavado el pueblo, causándose gran número de bajas al adversario.

Las tropas de las brigadas del Ejército Popular opusieron una tenaz resistencia, aunque vencida, con escasas bajas por parte de los franquistas, gracias a una hábil maniobra y al empuje de las unidades militares que se sobrepusieron a la fatiga producida por la rapidez con la que se llevó a cabo la operación y al desmesurado calor.

Comentarios de las biografías de algunos Comisarios y Delegados Políticos de la 109ª Brigada Mixta que aparecen en el texto

Eugenio Humanes era el Comisario accidental de la Brigada, sustituía al titular, Ernesto Herrero, cuando este se encontraba fuera de la misma realizando alguna tarea debido a su cargo o disfrutando de algún permiso. Aunque, al final de la contienda, el día 26 de marzo de 1939, cuando la 109ª Brigada emite la que será la última Orden General de la Guerra desde su Puesto de Campaña de Talarrubias, y Ernesto Herrero, Comisario de la Brigada, excusa su ausencia de la misma a partir de esa fecha “para proceder a la curación de una dolencia crónica agravada desde hace algún tiempo […]”, tampoco será el Comisario Humanes quien firmará dicha disposición, sino el Comisario Cándido Méndez Núñez.

Comisarios Políticos del Ejército Popular.

Gonzalo Sarrió Gandia, Delegado Político de la 2ª compañía del 433º Bon de la 109ª Brigada Mixta, debió ser ejecutado el 15 de mayo de 1939, en el olivar del cortijo La Boticaria, habilitado como Campo de Concentración, ya que se encuentra incluido en un listado de trece comisarios detenidos en el Campo de Concentración de Zaldívar, que junto con el de La Boticaria, formaban un único complejo concentracionario bajo el nombre del primero.  Era natural de Onteniente (Valencia).

De Anselmo Ruiz Martín, Comisario 1ª Compañía del 435º Bon de la Brigada, presentamos una relación epistolar que mantuvo con sus paisanos compañeros comunistas y de la Unión General de Trabajadores de Orellana la Vieja (Badajoz) de donde era oriundo, y con su familia, durante el mes de julio de 1938.

El Comisario de la Brigada, Ernesto Herrero Falagan, era vecino de Madrid. Estaba empleado en el Banco Internacional de Industria y Comercio, y afiliado a la UGT Sindicato de Crédito y Finanzas. Debía ser una persona de complexión alta y gruesa. Como se verá, contra todo lo que se podría pensar a priori, sobrevivió al proceso Sumarísimo de Urgencia que se le instruyó. Bajo el amparo de un Decreto del Ministerio de Justicia y otra Orden Circular del Ministerio del Ejército, se le concedió un indulto sobre la pena de Treinta Años de la Reclusión Mayor por un delito de Adhesión a la Rebelión que le había sido impuesta. El 26 marzo de 1946, la Secretaría de Justicia de la Capitanía General de la Primera Región Militar, acuerda indultarle la pena impuesta, y el 5 abril de 1946 quedó en libertad.

Emilio Vivanco Luengo, Delegado Político de la compañía de Ametralladoras del 434º Bon de la 109ª Brigada Mixta, era vecino de Villaverde, población cercana a la capital de Madrid, y trabajaba como empleado municipal de ceramista. Antes de comenzar la Guerra, ejercía de enlace entre los distintos partidos del Frente Popular, lo que le obligaba a desplazarse hasta distintas poblaciones. Pertenecía a las Juventudes Socialistas Unificadas, aunque era socialista, afiliado a la UGT.

A la vista de los informes aportados y las diligencias practicadas, el juez instructor consideró que Emilio Vivanco no había tomado parte en ningún hecho delictivo y, por lo tanto, elevó el procedimiento contra él sin dictar declaración alguna de responsabilidad. La Causa quedó sobreseída por la Auditoría de Guerra del Cuerpo de Ejército del Guadarrama de Madrid, y el 4 de junio de 1941, el reo que se encontraba en la Prisión Central de Yeserías de Madrid, fue puesto en libertad.

[109ª Brigada Mixta]

[Comisariado]

Acta de la reunión celebrada en este Comisariado el día [posterior al 13] de abril de mil novecientos treinta y ocho, entre Comisarios y Delegados Políticos de esta [109ª] Brigada[1]

[Da comienzo la reunión con la lectura del Orden del día que es el siguiente:

1º Informe de los comisarios de Batallón y Brigada sobre

                                a) Situación de las líneas.

                                b) Fortificación.

                                c) Material y armamento.

                                d) Comportamiento de la Unidad.

                                e) Estado moral de jefes, oficiales, clases y soldados.

                                f) Trabajo político realizado.

2º Estado moral de jefes, oficiales, clases y soldados.

3º Trabajo político y cultural.

[4º Servicio de investigación]

[Por orden de numeración se trata del Comisario del 433º Batallón]

[…] alambradas. En la posición el “Pasarón” se está fortificando. Desde luego dada la distribución de las fuerzas, establecidas por destacamentos de pelotones, distanciados unos de otros en bastante longitud, hace que no pueda enlazarse ni por el fuego de las armas, y por tanto posible cualquier filtración. Ni que decir tiene que esta línea dadas sus condiciones anteriormente expuestas, ante un ataque enemigo, no podía responder de otra forma que la misión que tiene encomendada de vigilancia.

En cuanto al segundo apartado del orden del día debe hacer constar que la moral de la fuerza y mandos de la misma es bastante bueno, particularmente la de los mandos. El aumento de la moral de sus fuerzas obedece principalmente al cuidado constante de preocuparse por resolver sus necesidades de ropa, calzado, etc. y la alegría con que ven la gran movilización de toda la retaguardia.

Sobre el tercer inciso del orden del día manifiesta:

Que todo el trabajo político que se realiza en la actualidad es el de hacer comprender a los soldados que no luchan por el predominio de ninguna idea política, sino que luchan por la Independencia de España contra los invasores extranjeros, y la conquista de sus libertades. El trabajo político para desarrollarlo, dadas las características de la situación de las fuerzas expuestas anteriormente, donde existen tan enormes distancias, se hace difícil y en parte no todo lo productivo que debiera ser. La compañía que se encuentra en reserva es la que de una manera intensiva se la atiende tanto en la forma cultural como políticamente, sin abandonar las cuestiones militares que se coordinan con estas materias. En esta compañía existe un Hogar, donde se dan las clases de teoría militar, analfabetos, cultura general y charlas políticas. Las clases militares corren a cargo del Jefe de la Compañía y un oficial de la misma, y las políticas a cargo Comisario del Batallón ayudado por el Comisario de la Compañía.

Últimamente se ha reforzado la propaganda a base de las proclamas repartidas entre las fuerzas del Comisario del Ejército de Extremadura y del Comisario de esta Brigada y del Comisario del Batallón. Esta agitación hecha por los Comisarios de Compañía y personas que constituyen los grupos de lectores y prensa de un marcado carácter antifascista, dio buenos resultados; pero que no obstante para comprobar ciertamente la impresión que producían en los soldados, se avisó al servicio de inteligencia para que pulsara diestramente la opinión de los soldados y comprobara si los soldados ante sus amigos de confianza o a espaldas de los Comisarios o personas conocidas como antifascistas, hacían algunos comentarios desmoralizadores, o entreveían algún recelo en la victoria de nuestro Ejército Popular, y estos individuos a quienes se les encomendó esta misión no han registrado tan solo ni un caso que les mereciera ninguna desconfianza.

En la cuestión cultural se realiza un gran trabajo perfectamente organizado, se dan clases de analfabetos por individuos que voluntariamente se prestan a ello y que son capaces de realizar esta misión. Se dan clases de cultura general en todas las compañías por otros individuos -grupos constituidos- con la suficiente capacidad para desarrollar esta labor, y en la Compañía de reserva por el Miliciano de la Cultura se dedican todas sus actividades de enseñanza. Como ya he hecho constar en otras ocasiones, debido a la labor realizada cerca de los soldados se ha impuesto a los mismos un interés por capacitarse verdaderamente asombroso.

En cuanto a los periódicos murales, y que desde luego en esta unidad han funcionado siempre, a raíz del oficio remitido a los oficiales de información, estos colaboran con alguna más intensidad.

Por los grupos de lectores de prensa se comenta la misma de los artículos que se le marcan.

Las relaciones con la población civil, han sido en todo momento buenas, habiéndose realizado un buen trabajo, prueba de ello es el haber conseguido de los campesinos que deben fortificar sus pueblos, habiéndose prestado voluntarios un grupo de ellos para fortificar diariamente en el sitio que por el Oficial de Operaciones de esta Brigada se ha marcado y bajo un plan dirigido. Otro dato también que probaba las buenas relaciones que se mantienen con los campesinos y de ayuda a sus trabajos, es que a sus reuniones de la Colectividad han citado al Comisario del batallón que informa por creer necesaria su asistencia para ayudar a resolver sus problemas. Han conseguido también de ellos en que voluntariamente y sin interés alguno se presten a arreglar aquellos trozos de carretera que se encuentran intransitables.

Desde luego en el pueblo de Acedera hay muchos campesinos que se dedican a la pesca y caza, por encontrar este oficio más remunerador. Se han fijado proclamas en esta población conteniendo el significado, que nuestro esfuerzo y nuestras energías deben emplearse produciendo para la guerra, y la cosecha y el cultivo de los campos es un producto de guerra.

En cuanto al servicio de investigación funciona bien y se desarrolla un buen trabajo, tratando de averiguar quiénes son los individuos que no pueden merecer confianza alguna, este servicio desde luego constituye en la actualidad la mayor preocupación de todos los Comisarios. Hace constar tan solo como dato informativo, que todos los datos que se piden a los pueblos de los individuos contestan invariablemente con el mismo formulario, que son buenos antifascistas.

Se concede la palabra al Comisario del 434º batallón, quien empieza diciendo: Que durante las operaciones desarrolladas en el sector del Puente del Arzobispo donde intervino su batallón agregado a la 63ª Brigada, no pudo mandar ningún parte diario, semanal, ni tan siquiera de información de las operaciones realizadas puesto que no existía ninguna comunicación por los escasos medios de locomoción, como tampoco telefónicamente por estar siempre la línea averiada.

Combatientes marchan a pie para recorrer una larga distancia.

Debido a que se encuentra agregado a otra Brigada y en sector diferente al nuestro no contesta en cuanto al primer apartado del orden del día, manifestando sobre el segundo lo siguiente: Ha visto que unidades de su batallón, que por la mañana estaban poseídas de una alta moral, y de un espíritu combativo inmejorable, por la tarde se encontraban sin esa moral, que contrastaba notablemente con su anterior moral. Desde luego en los soldados se reflejan los incidentes de la batalla. Temió que esta moral se derrumbara después de la retirada del pueblo de Carrascalejo, porque a los soldados se les aseguró [que] las líneas exteriores del pueblo eran fuertes y no podía romperlas el enemigo, y no fue así, los mismos soldados de su batallón, tuvieron que salir a las líneas del exterior para reforzarlas, puesto que el batallón de la 63ª Brigada que las ocupaba se estaba retirando, tanto es así que los últimos reductos de los facciosos se tomaron por un tanque y dos escuadras de soldados nada más. El enemigo hostilizó duramente las posiciones que ocupa este batallón, a base de fuego de mortero y artillería, sin que emprendiera ninguna ofensiva hacia ellas por no tener la suficiente fuerza para desarrollarla. Por el Comisario que informa, en todo momento se tuvo principal cuidado de mantener la moral de sus soldados, haciendo el trabajo que era más adecuado a cada circunstancia. Hace constar que su batallón que se encontraba en el pueblo de Navalvillar de Pela, se trasladó al sector donde operó a pie, realizando una marcha de más de cuarenta kilómetros, y entrando seguidamente en fuego, sin que, por ello, disminuyera su capacidad combativa ni tampoco su moral. Posteriormente, y después de haber realizado una marcha a través de la sierra de Altamira para ocupar las posiciones que guarnecen hoy en primera línea, en cuando en los soldados se observa las muestras de cansancio y agotamiento físico, disminuyendo por esta causa su combatividad. Estima que, por estos motivos, tanto para elevar su capacidad combativa y reforzar su moral, debía sacarse a este batallón de primera línea y darle un pequeño descanso.

El trabajo político desarrollado en estos días de combate, ha sido el eminentemente político de agitación en los soldados, para mantener elevada en todo momento la moral de los mismos.

El servicio de investigación ha funcionado también en estos días, habiendo estado toda la fuerza perfectamente controlada.

Seguidamente se concede la palabra al Comisario del 435º batallón, que interinamente viene ocupando este cargo, manifestando en cuanto al primer apartado del orden del día: que las garantías de defensa de sus líneas son malas, debido a que su batallón ocupa un frente de cuarenta y ocho a cincuenta kilómetros de extensión. Los destacamentos de pelotones están por este motivo tan retirados que el enlace de las armas por el fuego se hace imposible, si se tiene en cuenta además que existen pocas posiciones dominantes y en su mayoría son grandes llanadas. Las armas automáticas no juegan ningún papel importante y las fortificaciones son deficientes. La mejor construida es la que hay en “Picorrostro”.

En esta semana se ha ocupado la posición denominada “La Atalaya” y, es tan importante su ocupación, que solamente dirá que, en caso de algún ataque enemigo, por encontrarse desguarnecida, [el enemigo] podía llegar fácilmente a la carretera de Talarrubias a Peloche, cortando su comunicación.

Desde luego, y ante la insistencia con que la Caballería enemiga viene practicando descubiertas, y el movimiento observado en las líneas enemigas, a las cuales, el enemigo, antes, las tenía consideradas como de poca importancia, se ha repartido entre las fuerzas de su unidad [435º batallón republicano] una proclama, en la que se exhorta a los soldados a defender la línea que se les tiene asignada, hasta agotar el último cartucho, llegando incluso a emplear el arma blanca, que no hay ninguna idea de repliegue y que si bien es una línea de vigilancia, se verían prontamente cubierta por soldados nuestros dispuestos a rechazar al enemigo.

El estado moral de los mandos de su unidad es bueno, y la de los soldados también bastante bueno, pero verdaderamente donde se aprecian estos hechos, así como su capacidad combativa es en los combates.

El trabajo político que se desarrolla con grandes dificultades por lo extenso de la línea, se hace a base de elevar la moral de los soldados por medio de proclamas, charlas, etc.

Los periódicos murales que recorren toda línea, a fin de que todos los soldados se puedan enterar, funcionan también, y con unas buenas ediciones.

La prensa se lee y comenta por los grupos de lectores de prensa, haciéndose, por la misma, un buen trabajo de agitación.

En Valdecaballeros funciona un rincón, que es aprovechado para todos los trabajos culturales y políticos.

El miliciano de la cultura, para que su labor sea todo lo eficaz posible en este frente, está durante cuatro días consecutivos en una compañía dando clases, a fin de que estas sean aprovechadas por los soldados en más alto grado. Desde luego, en todas las unidades existen grupos culturales a base de individuos capacitados, que se encargan de continuar dando las clases hasta tanto le corresponda al Miliciano de la Cultura dar otra vez clase y apreciar los adelantos realizados. En la pasada semana, dos soldados han aprendido a leer cartas y escribir a sus familiares. Hace constar la falta de material con que se cuenta.

Después de ocurrir las últimas evasiones, se han dado enérgicas órdenes al servicio de investigación, los cuales son chicos de absoluta confianza, pero en sí faltos de la perspicacia para descubrir a aquellos elementos sospechosos. Estos individuos se pasan la noche en vela vigilando constantemente y organizando patrullas por delante de las líneas; y repite, son chicos de buenas cualidades antifascistas, pero como para el caso, no existen otros, necesariamente a estos tiene que encargarles este servicio de inteligencia.

Comisario de Batallón de una Brigada Mixta.

El Comisario accidental del 436º batallón, empieza informando, que sin duda alguna las posiciones mejores fortificadas y que menos extensión de frente ocupan, son las fuerzas de su unidad; únicamente la posición de Torrevirote, es la que peor se encuentra fortificada, pero en la actualidad se trata de fortificarla, si bien no cuenta con ninguna clase de material para ello.

El estado moral entre los mandos de su unidad es bastante alto y cumplen disciplinadamente todas las órdenes que emanan de la Superioridad, precisamente desde aquel momento en que fue arrestado un capitán por algunas faltas cometidas como igualmente a otro Oficial por las mismas causas. El Jefe de su unidad, ha rectificado de algunas de las debilidades que venían observándose en su trabajo. El estado moral de los soldados es igualmente bastante elevado.

Hace constar que medio batallón está compuesto por soldados de Aragón, teniendo sus familiares con los fascistas por haberse quedado en ella ante el avance de estos, y se observa en ellos la natural preocupación por la suerte que hayan podido correr, entablándose entre los mismos pequeñas discusiones. Todos los momentos y ocasiones son aprovechados para decirles que, hoy más que nunca, debemos redoblar nuestro esfuerzo para dar la gran batalla al enemigo, y que pronto, nuestro Ejército, que contará con el material suficiente, reconquistará sus pueblos. Se hace un trabajo político intenso para enardecerles e intensificar su odio al fascismo.

Se comenta la prensa y los partes de guerra, y funcionan cinco periódicos murales.

El servicio de investigación que viene funcionando en su unidad con toda normalidad, se ha intensificado en estos momentos para evitar surjan provocadores que desmoralicen a los soldados.

El Comisario de la Brigada, por último, emite su informe y empieza diciendo: que a fin de que en todo momento se recuerde por los Comisarios asistentes a esta reunión, los acuerdos en ella tomados, y en lo sucesivo no pueda alegarse ignorancia en el cumplimiento de los mismos, se hará entrega a cada uno de ellos, una copia del acta que se extienda.

Con motivo, de que las instancias de los Comisarios de Compañías no venían, la mayoría de ellas, de acuerdo de la disposición legal, ya que el certificado expedido por el mando militar no abarcaba los requisitos exigidos, han sido devueltas a los mismos para que con toda urgencia sean remitidas a este Comisariado.

Dice, que es necesario se vuelva a leer las instrucciones, para la confección de los partes diarios y de información semanal, ya que, muchos de ellos, no reúnen ni llenan la misión propia a que están destinados. No debe dejarse incontestado ningún apartado, y tiene que expresarse con detalle cuanto dato informativo sea necesario para que la Superioridad pueda en todo momento con absoluta precisión calibrar el trabajo que se realiza en esta Unidad. Hay que intensificar la campaña de agitación emprendida como igualmente la de fortificación, expresando en los partes los trabajos que se hagan, material con que se cuenta y elementos de que se disponga, haciendo semanalmente un resumen del realizado.

Debe también repasarse todas las órdenes circulares dadas por el Comisariado, para cumplir lo en ellas dispuesto, dando cuenta en los partes diarios del cumplimiento de las tareas adaptables a la situación del frente en que nos encontramos.

Debe también, repasar los oficios pendientes, dando cumplimiento a los mismos, pues sabe que aún quedan algunos informes interesados por la Superioridad sin contestar.

No puede seguirse poniendo en los partes, que las clases de analfabetos se continúan dando con asistencia de los mismos. Hay que decir cuántos figuran inscritos, cuántos asisten a las clases y el interés que demuestran y materiales con que cuentan para desarrollar cada cual su labor, y los que sean necesarios. En los partes de información semanal, hay que hacer constar los progresos realizados por los alumnos, deficiencias observadas y sugerencias para hacer más efectivas dichas clases.

No puede tampoco decirse en los partes, “se ha comentado la prensa”, sin expresar qué artículos y de cuáles periódicos, ya que recibiéndose en esta Brigada toda clase de prensa de los diferentes partidos que constituyen el frente popular representados en el Gobierno, necesariamente han de comentarse aquellos que resalten la política de nuestro Gobierno de Frente Popular. Los Comisarios deben inmediatamente que reciban la prensa, el leerla, para indicar los artículos que han de ser comentados. Los partes de guerra tienen que ser necesariamente comentados, puesto que los soldados, muchos de ellos, no aprecian en su justo valor la sinceridad puesta por nuestro gobierno, y pudieran darle interpretaciones falsas.

Comisariado Popular y Milicias de la Cultura

Hay que hacerles ver, que la guerra se compone de una serie de batallas adversas y favorables, tanto pronto para uno, como para otro bando, pero que la batalla final la ganará la clase trabajadora, porque al mismo tiempo que lucha por sus libertades, no consiente que su independencia le sea arrebatada por alemanes e italianos. Un pueblo que jamás pudo ser esclavizado por naciones extranjeras, jamás puede ser vencido precisamente ahora que cuenta con la solidaridad y ayuda de todos los antifascistas del mundo.

Hay que dar a conocer hábilmente a los soldados la noticia del aislamiento de la región Catalana con la Central, y de haberse hecho cargo el General Miaja de este Grupo de Ejércitos. Hay que hacerles saber que el Gobierno ha asegurado que este aislamiento será corto, pues cuenta con infinidad de voluntarios que se aprestan a empuñar las armas para defender la independencia de su Patria en peligro, que el Ejército Popular contará en breve plazo con el material suficiente para hacer frente a los ejércitos mercenarios del fascismo internacional. La propaganda ha de hacerse a base de la composición política y social de los soldados que forman esta Brigada.

A los periódicos murales en todo momento se ha tratado de darles el impulso que era necesario, y desde que el informante se hizo cargo de esta Brigada funcionaron perfectamente desempeñando la labor específica que tienen asignada, por lo cual, el oficio recibido por el Oficial de Información, no ha surtido otro efecto, el que colaborasen estos en los periódicos, ya que antes no lo hacían. Desde luego en los periódicos murales no han de ponerse todos los recortes de periódicos que se encuentren a mano, sino aquellos que respondan a las necesidades del momento, debe cada periódico ser el exponente del pensamiento de su unidad, en una palabra, como nadie ignora a estas alturas lo que debe ser un periódico mural, no insiste sobre este tema, pero recuerda que debe ser también aprovechado para estímulo de los soldados donde se hagan constar sus buenos hechos de heroísmo o disciplina. Es necesario por los mandos, que los periódicos murales hagan dos ediciones semanales, y recorran toda la línea, estando en constante movimiento para que todos los soldados puedan enterarse de su contenido.

El trabajo de vigilancia en los momentos actuales, en que muchos que poseen una débil formación política se derrumba, ante los continuados avances del enemigo por el frente del Este y Sur del Ebro, hay que reforzarlo e intensificarlo, para evitar que, con una falsa apreciación de nuestras fuerzas, se desmoralicen y crean que la guerra se haya perdido por parte nuestra, y se traduzca en actos de evasiones. Todos los Comisarios han recibido dos modelos a) y b) que serán utilizados tan solo para régimen interno: el primero será utilizado para los sospechosos y, simultáneamente que se remite a este Comisariado, deberá proponerse por el mando de la unidad su ingreso en la sección de arrestados hasta tanto se hacen las averiguaciones pertinentes sobre su lealtad al régimen republicano. El modelo b) para evadidos, hay que rellenarlo con todos los datos que en el mismo se hacen constar y a continuación el informe del Comisario sobre los motivos de la evasión y medidas tomadas, trabajos de captura, etc. Inmediatamente de conocido este hecho se dará conocimiento por clave cifrada por comunicación telefónica, y posteriormente el parte por escrito.

Recuerda que los partes diarios hay que darlos con regularidad, precisamente antes de las 19 horas, para seguidamente darlo a conocer telefónicamente al Comisario de la División.

Resalta la necesidad de que se capacite a un Comisario de Compañía en todos los batallones, e incluso asista con frecuencia al P.C. para ayudar al Comisario del Batallón en todos sus asuntos, a fin de que por cualquier caso imprevisto, pueda suplir al Comisario del Batallón con todas las seguridades de éxito y, principalmente, para que el mando militar se vaya acostumbrando y compenetre con la colaboración de un Comisario de Compañía, pues hasta la fecha, la práctica ha demostrado que, faltando el titular del Batallón, no tan solo se ha notado el hueco dejado por éste por la labor realizada, sino que han surgido infinidad de problemas y contratiempos que, de haber estado, se hubieran evitado, y todo ello debido a la falta de colaboración entre mando militar y Comisario de Compañía.

El estado moral, que reflejan en los partes semanales, no tan solo debe extenderse a los soldados, sino también a los oficiales y comisarios, pues cualquier vacilación de éstos en los momentos actuales puede suponer un gran peligro para la unidad en que se encuentran encuadrados. Deben celebrarse reuniones con los oficiales para tratar conjuntamente problemas que de forma general interesan a la unidad.

Las relaciones con la población civil, no debe limitarse a lo que expresan los partes, sino a los trabajos que se hacen y las relaciones con las autoridades de las localidades, como así mismo la campaña, para interesar a la mujer en la sustitución al hombre en su trabajo, la intensificación de los cultivos, y la necesidad de que sean los campesinos voluntariamente y en días libres los que fortifiquen las segundas líneas de resistencia de nuestros frentes.

Por último, dice, espera que la agitación entre los soldados se intensifique cada día más para que la moral de los mismos se refuerce más aún, llevando al convencimiento de los mismos, que el General Miaja que dirige todos estos Grupos de Ejército, sabrá forjar, igual que de Madrid, la victoria de nuestras armas sobre las del enemigo.

No habiendo otra cosa que tratar se dio el acto por terminado, extendiéndose la presente que leída a los asistentes la encontraron de su conformidad, de todo lo cual certifico.

Vº Bº

[Firma autógrafa:] Ernesto Herrero

[Firma autógrafa:] José Huertas

Sello impreso a tinta: 109ª Brigada Mixta. Comisariado.

109ª Brigada Mixta

Comisariado

Acta de la reunión celebrada en este Comisariado el día dieciséis de agosto de mil novecientos treinta y ocho, entre Comisarios y Delegados Políticos de esta [109ª] Brigada[2]

                Asisten a la misma los camaradas siguientes: Ernesto Herrero, Comisario de la [109ª] Brigada; Eugenio Humanes, Comisario accidental de la [109ª] Brigada; Francisco Gutiérrez, Comisario accidental del 433º Bon; José Huertas, Comisario accidental del 434º Bon; Juan Sánchez, Comisario accidental del 436º Bon; Gonzalo Sarrió, Delegado Político de la 2ª compañía del 433º Bon; Emilio Vivanco, Delegado Político de la compañía de Ametralladoras del 434º Bon; Terencio Rández, Delegado Político de la compañía de Ametralladoras del 436º Bon; Andrés Barrero[3], Delegado Político de la compañía de Zapadores; Juan López Artés, Delegado Político de la compañía de Transmisiones y José Orts, Delegado Político de la compañía de Sanidad.

                No asisten a la reunión los camaradas Antonio Rodríguez, Comisario accidental del 435º Bon y Victoriano Sáez[4], Delegado Político de la compañía de Intendencia, el primero por encontrarse su unidad en combate, y el segundo por hallarse ausente debido al traslado de su unidad.

Victoriano Sáez Herrero, Comisario de Intendencia de la 109ª Brigada. Foto cedida por su nieto José Luis Sáez.

                A las diez y seis treinta, da comienzo la reunión con la lectura del Orden del día que es el siguiente:

                1º Informe de los comisarios de Batallón y Brigada sobre

                                a) Situación de las líneas.

                                b) Fortificación.

                                c) Material y armamento.

                                d) Comportamiento de la Unidad.

                                e) Estado moral de jefes, oficiales, clases y soldados.

                                f) Necesidades.

                                g) Funcionamiento de los Servicios.

                                h) Trabajo político realizado.

2º Informe resumen del Comisario accidental de la Brigada

3º Informe del Comisario de la Brigada y tareas a realizar

                Empieza diciendo el Comisario de la [109ª] Brigada [Ernesto Herrero Falagan] que la presente reunión pensaba celebrarse con la asistencia de todos los comisarios y delegados políticos de las diferentes unidades de la Brigada, pero no habiéndolo permitido las actuales circunstancias, determinó que asistiera solamente un delegado político en unión del Comisario de cada Batallón, más los de las unidades d.e Servicios. Expresa el deseo de que esta reunión sea provechosa, indicando que se señale lo más esencial y se dejen las cosas que no tengan una gran importancia, esperando que todos se ajusten a esta norma.

                Concedida la palabra al Comisario de 433º Bon [Francisco Gutiérrez] informa de la siguiente manera: El frente que cubre esta unidad, ocupa una extensión de nueve kilómetros, enlazando con el flanco izquierdo con fuerzas de la 91ª Brigada, posición Peñaflor, y por el derecho con fuerza del 436º Bon de esta Brigada por la posición Palacio. Indica que tiene agregada a dicha unidad la 2ª compañía del 434º Bon, cubriendo esta y las demás compañías del mismo, las posiciones en el siguiente orden: 4ª compañía, 2ª del 434º Bon, 1ª, 3ª y 2ª. La fuerza está distribuida por pelotones, ocupando los montículos más salientes del terreno, existiendo enlace de una a otra compañía. Dice que hay una sección del Batallón destacada en Puerto Peña, agregada al Batallón Disciplinario del VII Cuerpo de Ejército.

                Las fortificaciones son escasas en todas las posiciones que ocupa, existiendo solamente 32 metros de trinchera sin camino de evacuación, 2 nidos que se encuentran en malas condiciones. En la 1ª compañía existen algunos pozos de tirador. Por lo tanto, cree que se debe de intensificar el trabajo de fortificación, dada la deficiencia de la misma, que dificulta enormemente la defensa en caso de ataque.

                El material y armamento de que se dispone es el siguiente: 300 fusiles individuales, 9 fusiles ametralladores y 4 ametralladoras. Dispone de bastante cantidad de bombas de mano, pero carece de mecha para poder utilizarlas, habiendo recomendado a los soldados que se valgan de medios rudimentarios para su uso. Este es un inconveniente para poder emplearlas en caso preciso. Señala la gran falta de material, especialmente de fusiles individuales, pues hay numerosos soldados que carecen de ellos. De municiones está suficientemente abastecido. También indica la gran necesidad de cintas para las armas automáticas.

                El comportamiento, en general, de la unidad ha sido buena, especialmente en los primeros días de los anteriores combates, en los que se contuvo al enemigo, a pesar de su impetuoso ataque. Después, aunque un poco cansado el personal, también se comportó bien, tanto reclutas como veteranos, siendo también digno de mencionar el buen comportamiento de un batallón de la 25ª Brigada que operó conjuntamente con esta unidad. Después de rechazar los primeros ataques del enemigo, se replegaron, por orden de la Superioridad a la Sierra de Pela y El Jaroso, donde tenían que enlazar con fuerzas de la 25ª Brigada y 434º Bon no existiendo dichas fuerzas en las posiciones que se habían señalado. Debido al intenso cañoneo, perdieron el contacto con la Brigada, por haberse averiado la línea telefónica, estableciendo nuevamente la comunicación a los dos o tres días.

                El estado moral de la fuerza ha sido bueno, teniendo que señalar el excelente comportamiento de los sargentos que demostraron en todo momento una voluntad de resistencia y un ferviente amor a la causa. Los oficiales, aunque no de una forma muy elevada, también observaron buena moral, a excepción del teniente Reyes, quedado en campo enemigo por agotamiento. Se han impuesto arrestos a soldados por demostrar miedo y abandonar las posiciones, aunque esto ha sucedido muy pocos casos. Se ha enviado a la Jefatura de la Brigada las correspondientes propuestas de ascenso para todo aquel que se lo merezca.

                Las necesidades que encuentra en la unidad, son la falta de calzado, aunque esta ya está mejorada en parte, mantas, ropa, papel para escribir los soldados y, también, en el suministro, dice, que este se debe mejorar en lo posible, particularmente en el rancho en frío que es insuficiente para la regular alimentación de un soldado.

                Sobre los Servicios auxiliares indica, que Transmisiones funcionó bien, a pesar del escaso material; Intendencia bien; Información bien; Sanidad, durante las operaciones se portó mal, los heridos tenían que ser evacuados por los mismos soldados, aunque el personal sanitario se comportó bien.

                El trabajo político realizado ha consistido en prestar ayuda a los mandos para el mejor desenvolvimiento de estos, colaborando con los mismos en todo momento preciso. Se ha desarrollado una labor constante de hablar con los soldados y darles ánimo e inducirles para la resistencia, procurando que la moral de estos fuera lo más elevada posible. Los delegados [políticos] han cumplido bien con su cometido, estando todos en su sitio y dando muestras de valor y sacrificio. Señala el caso heroico del Delegado Moreno, que fue muerto por fuego enemigo. El trabajo actual consiste en ir recorriendo las posiciones, comisarios y delegados, quienes conversan con los soldados sobre la situación actual y temas que tienden a levantar su moral. Por medio de la prensa se comentan los partes de guerra y también lo más interesante de la misma, haciéndoles presente los triunfos nuestros en el Centro, Levante y el Este, y exhortándoles a que hemos de igualar a estos héroes. Hace constar la escasez de delegados que hay en la unidad, siendo preciso que se cubran las vacantes de estos lo antes posible.

                Informa el Comisario del 434º Batallón [José Huertas], e indica que la línea que cubre su unidad es de una extensión de 5 a 6 kilómetros enlazando por la parte izquierda, posición Casa la Ermita, con fuerzas del 436º Bon de esta Brigada, y por la derecha, posición La Barca, con fuerzas de la 20ª Brigada. Guarnecen estas posiciones tres compañías del Batallón, y en total este tiene 300 hombres, estando las compañías distribuidas a lo largo de la línea de la siguiente forma: 1ª, 2ª y 4ª. La 2ª compañía de este Batallón como ya se ha indicado, está agregada al 433º Bon.

                La fortificación que hay es deficiente, existiendo unos tres kilómetros sin fortificar, dándose el caso de que en la posición La Ermita no pueden salir los soldados durante el día por no haber fortificación, estando batida dicha casa por el enemigo. Se está fortificando por la Compañía de Zapadores, pero estos trabajos no llevan el ritmo necesario que el caso requiere, pues, de esta forma no se puede pedir a los soldados una gran resistencia cuando no tienen donde ampararse del fuego enemigo. Señala la necesidad de que se debe fortificar con más rapidez para la mejor defensa de las posiciones. En la unidad no dispone de material de fortificación.

                El material y armamento que posee el Batallón es escaso, solamente tienen unos 200 fusiles individuales, quedando por lo tanto unos 100 hombres sin fusil. Dispone de 11 armas automáticas, 2 de ellas del VII Cuerpo de Ejército y para cada una de estas solamente tiene una cinta, siendo imprescindible el envío inmediato de más. También existen en el Batallón dos morteros del 50, pero no dispone de suplemento. Sobre municiones indica tienen suficientes.

                Respecto al comportamiento de la unidad hace constar que este en general ha sido bueno, especificando que en los primeros días de los combates se portaron admirablemente en las proximidades de Madrigalejo [Cáceres] y luego en la defensa de Acedera [Badajoz], como también en el resto del tiempo que duraron los anteriores combates, pero en estos últimos [combates de Casas de Don Pedro], la 2ª y 3ª compañías iniciaron retirada sin conocimiento del mando, pues los soldados de estas compañías al ver que abandonaron las posiciones una Sección de la Base Divisionaria de la 37ª División, se replegaron sin esperar órdenes, creyendo que la principal causa de esto fue debido a la mencionada retirada de dicha Sección. Repite, aún a pesar de esto, el comportamiento de la unidad ha sido en general bueno.

                El estado moral tanto de jefes, oficiales, clases y soldados, ha sido bueno. Haciendo resaltar el del jefe del Batallón que es excelente. En la actualidad ha decaído un poco esta buena moral, debido al desgaste que se nota en la tropa y por las muchas necesidades que sienten y de las que se ha dado cuenta a este Comisariado. Estima que el Batallón respondería en caso de ataque enemigo, pero, también considera que sería un gran aliciente para esta moral, pudiéndoseles pedir más rendimiento a la tropa, si las relevaran, y también si se las pudiera dar rancho en caliente, pues llevan ya bastante tiempo comiendo este en frio y no es suficiente para el soldado el rancho que corresponde, estando por esta causa algo más debilitada que anteriormente.

                Las necesidades más perentorias en el Batallón son: jabón para la tropa, pantalones, camisas, etc. Suministrar con más abundancia y si es posible mandar la comida en caliente; descanso para los soldados con el fin de poder reorganizar el Batallón. Una buena fortificación, señalando también la gran falta de material y armamento, completar los cuadros de mandos y cubrir las vacantes que existen de delegados en el Batallón. Es necesario asimismo material sanitario y un médico.

                Los servicios en su mayoría han funcionado bien dentro de las características de los combates, estando en la actualidad el servicio sanitario algo deficiente por la falta de lo anteriormente indicado.

                El trabajo político realizado ha ido encaminado a elevar la moral de las fuerzas y a que en todo momento resistieran hasta lo último los violentos ataques del enemigo. También este ha consistido en prestarle la ayuda a los mandos durante el transcurso de las operaciones, estando a toda hora en contacto con ellos.

                Los delegados políticos han cumplido a la perfección con su deber y se han portado admirablemente en los combates.

                El trabajo político actual consiste en ir recorriendo las posiciones conversando con los soldados dándose cumplimiento a todas cuantas tareas se nos marcan, hacer que la moral de la fuerza sea la que se requiere en estos momentos. Se habla a los soldados sobre la situación actual; los partes de guerra son comentados, como asimismo los artículos más interesantes de la prensa. Al mando se le sigue prestando una buena colaboración por nuestra parte. Se está haciendo una estadística para recompensar sobre el buen comportamiento, y para la clasificación de los soldados.

                Hace señalar que una de las causas, también, del descenso de la moral de la fuerza, es el no castigar como se merece, a los que incurren en falta que así lo requiera, y si alguna vez se ha castigado, ha sido el castigo leve, siendo esta la causa para que muchos hicieran lo propio, creyendo no se les haría nada. Por ello, es necesario que al soldado que abandone las posiciones, se le imponga un castigo ejemplar para que sirva de ejemplo a los demás. También hace constar que ha perjudicado grandemente que volviesen a la unidad los elementos indeseables, pues estos no pueden hacer buena labor dentro de la misma, siendo necesario que todos ellos sean destinados a unidades especiales creadas a este fin. Como también el caso de que haya sido agregada al Batallón, la Sección de la Base de Instrucción de la 37ª División, que operó conjuntamente con esta fuerza en los últimos combates, y que por su gran desmoralización se retiraron de las posiciones que tenían encomendadas, dando esto lugar a que dos compañías de este [434º] Batallón se replegaran sin orden expresa, como antes se ha indicado. Considera no debe estar esta clase de elementos conviviendo con el resto de la fuerza, siendo necesario su traslado a otra unidad.

                El Comisario del 436º Batallón [Juan Sánchez] empieza diciendo que la situación de la línea que cubre el Batallón es la siguiente: Por el flanco izquierdo, posición Sierra Integral, con fuerzas del 433º Batallón, y por el derecho, posición Casa Ermita, con el 434º Batallón; siendo la extensión de esta línea de cinco a seis kilómetros. Las compañías están situadas de la siguiente forma: 4ª (con 37 hombres) y una Sección de la 1ª [compañía] en Sierra Integral; 1ª (excepto la Sección antes mencionada) en Cota 836; la 2ª [compañía] en Cota 348 y la 3ª [compañía] en cotas 320 y 328. Existe una pareja de enlace con el 433ºBatallón. La fuerza que en la actualidad hay en el [436º] Batallón es de 309 hombres en total.

                Esta línea es algo deficiente por carecer de fortificación. Se hacen trabajos de fortificación en la 2ª y 3ª compañías y en algunos puntos más en las posiciones del Batallón, pero estos trabajos van con lentitud debido a que el terreno es rocoso y cuesta mucho hacer las zanjas. El personal del Batallón no puede dedicarse a ese trabajo a pesar de su gran voluntad para ello, por no disponer de herramientas; los soldados están dispuestos a fortificar todo lo que sea necesario, y cree preciso se le faciliten algunas herramientas, pues ellos lo que desean es tener las posiciones fortificadas para poderse defender del fuego enemigo ya que la escasa fortificación existente no es suficiente, estando por esto batidos por el enemigo, dándose el caso que en la Sierra Integral hay una trinchera corrida y por su forma vertical no puede emplearse.

                El material y armamento que posee el Batallón es el siguiente: 200 fusiles individuales, 4 ametralladoras, una de ellas inutilizada por no tener carro, cinco fusiles ametralladores, 18 cintas para estas armas, alguna de ellas en malas condiciones. De munición están bien.

                Sobre el comportamiento de la unidad en las anteriores operaciones no puede informar por encontrarse en el Batallón desde hace unos días; puede indicar que desde el día 10 del presente hasta la fecha, los soldados han cumplido bien, pero los oficiales muy deficientes casi en su mayoría, exceptuando el jefe del Batallón actual [Marcos García Romero] que cumple perfectamente las órdenes que se le dan. Señala que hubo un repliegue injustificado en los últimos combates siendo preciso tener que hacer volver a los soldados a las posiciones, debiéndose esto a algunos elementos desmoralizados que ya en su día se dio parte a la Superioridad. Con todo esto, señala, que el comportamiento en conjunto de la unidad ha sido bueno, y más rendimiento hubiera dado si los oficiales cumplen con su deber y dar el ejemplo necesario en estos casos, pues esta falta de comprensión de los mandos perjudica considerablemente a combatividad que se requiere de los soldados. Indica que el sargento Guín se destacó en hacer que los soldados volvieran a ocupar posiciones.

                La moral de esta fuerza está a la par de su comportamiento. Desde luego, este es un Batallón que ha sufrido bastante en los anteriores combates, saliendo de estos casi destrozado por completo debido a los intensos ataques del enemigo y resistiendo estos hasta última hora. Por este desgaste la moral de esta fuerza en la actualidad no es todo lo buena que debiera ser y aparte influye también en esto que la moral de los oficiales es bastante deficiente. Cree que la fuerza respondería en caso de ataque del enemigo, pero que, desde luego, hay que tener en cuenta la escasa cantidad de material de que dispone, y la poca fortificación que existe en la línea que cubre. Si se le diera descanso se elevaría mucho su moral y responderían como lo hicieron en los combates anteriores en las posiciones del Aceuchal [macizo al Noreste de Villanueva de la Serena, Badajoz, cercano al Castillo de la Encomienda].

                Dice que las necesidades de este Batallón son idénticas a la de los demás; falta de calzado, ropa, mantas, material y armamento, como asimismo elementos sanitarios. Indica que es deplorable la situación que se encuentra el estado sanitario en el [436º] Batallón, pues hay bastantes enfermos, en su mayoría palúdicos y que estos tienen que estar en un cortijo próximo a la primera línea por no poder ser evacuados a la enfermería de la Brigada. Hace unos días se empezó a dar quinina, no pudiendo apreciar hasta la fecha los resultados obtenidos de este medicamento. Hace constar, deben ser evacuados los enfermos, ya que en la unidad no hacen sino desmoralizar a los demás soldados.

                Los Servicios han funcionado bien; Transmisiones a pesar de la falta de material cumplió. Intendencia únicamente hay que hacer señalar que es insuficiente la cantidad que se suministra de rancho en frío. Anota las deficiencias de Sanidad por la falta de material y [un] médico.

                Hace constar que el trabajo político desarrollado ha sido encaminado a los mismos fines que el de los informantes anteriores. El trabajo que se realiza en la actualidad es de ayuda al mando, recorrer las posiciones, conversar con los soldados dándoles algunas explicaciones sobre los momentos actuales, animarles para que resistan hasta lo último, y que aún a costa de sus vidas no permitan que el enemigo avance ni un solo paso más.

                Informa el Delegado Político de Sanidad [José Orts] y dice que la fuerza está distribuida a una Sección por Batallón. Esta carece de mando, teniendo que estar al frente de cada Sección un cabo.

                Indica [que] dispone de 16 camillas, 4 por batallón, más un cestón por cada uno de estos. No tiene ambulancia. Hoy han mandado una pero que no sirve para hacer los servicios necesarios para los batallones, por su gran tamaño no es a propósito para esto.

                El comportamiento de la unidad se puede calificar de bueno, aunque en algunos momentos no ha estado a la altura de las circunstancias, haciendo constar que la mayoría del personal que tiene asignado en los batallones es deficiente por su estado físico y no reúne condiciones para este servicio.

                El estado moral, en general, lo califica de bueno.

                Últimamente ha decaído un poquito esta moral por los mismos motivos expresados por los comisarios de los batallones, en cuanto a los soldados.

                Las necesidades de esta unidad son las ya conocidas: médicos, material sanitario y calzados y ropa para los soldados.

                El trabajo político realizado ha consistido en recorrer las secciones destacadas en los batallones, dando algunas charlas sobre la misión de un buen sanitario, hacerles presente la necesidad del fiel cumplimiento de cuanto se les ordene por la Superioridad, y, en conversaciones, hacerles ver los hechos heroicos de muchos camaradas en las anteriores operaciones, y también del heroísmo de los combatientes de los frentes del Este y Levante, a los que acompañan los sanitarios en arrojo y valor atendiendo debidamente a los heridos caídos en lucha, en todo el fragor del combate. Se les reparte prensa siendo leída y comentada.

                El Delegado de la compañía de Transmisiones [Juan López Artés] expone que el comportamiento de la unidad ha sido excelente en todo momento y circunstancias, que si no ha dado más rendimiento ha sido por la carencia de material. Dice que en las operaciones se ha perdido mucho de este, teniendo en la actualidad que valerse de material bastante deteriorado para dar comunicación a los batallones, teniendo solamente teléfono los jefes de estos y [el] observatorio, no pudiendo dar aparatos a las compañías por no disponer de ellos. Especifica que en los primeros momentos de los combates era deficiente la comunicación por el mal estado del material de que se disponía, pero a pesar de esto, los transmisionistas (sic) dieron todo el rendimiento posible, siendo felicitados por ello, por la Superioridad.

                El estado moral, en general, ha sido y es bueno en este personal, demostrado en cuantas ocasiones ha habido para ello.

                Las necesidades son las mismas que en las demás unidades de la Brigada en cuanto a calzado y ropa, teniendo que señalar en esta la gran falta de material para poder dar un gran servicio.

                El trabajo político ha consistido en cumplir cuantas órdenes ha recibido del Comisariado de la Brigada: conversar con los soldados sobre los diferentes temas de actualidad, dar difusión al parte de guerra por medio de la prensa y comentar entre los soldados algunos artículos de la misma. Siempre que ha sido oportuno ha insistido sobre la necesidad de cumplir hasta el máximum con la labor que cada uno tiene encomendada.

Comisarios y escribientes de la 109ª Brigada. En el centro con abrigo y cartera el Comisario Andrés Barrero.

                El camarada Barrero, Delegado de la compañía de Zapadores [Andrés Barrero Rodríguez] dice: que por el poco tiempo que lleva en esta unidad no puede fijar bien el comportamiento de la misma, pero lo que ha podido apreciar en los escasos días que está en ella, puede decirse que su comportamiento ha sido bueno. Desde el 10 al 14 del actual [agosto] han construido 392 metros de trinchera, 91 metros de camino de evacuación, 3 emplazamientos para ametralladora y 14 pozos de tirador; haciendo constar que el terreno en que se ha trabajado era muy duro por ser bastante rocoso. En la actualidad dispone de suficiente material, picos y palas para efectuar estos trabajos.

                La moral de la fuerza, aunque no de una forma muy elevada en general se puede conceptuar de buena.

                La falta de calzado, ha impedido que muchos días fuesen a trabajar muchos soldados, pues se encontraban descalzos, esta falta ha sido remediada ya algo en parte, pero aún continúa esta necesidad, como también de las demás prendas de uso y vestido. Cree que, si se les diera algún descanso a los soldados, trabajarían después con más fe y mejoraría notablemente su moral.

                El trabajo que ha realizado en el aspecto político ha consistido en dar alguna charla, haciéndoles comprender la misión de esta unidad, y que todos han de trabajar con interés para hacer una fortificación buena, para así tener más defensa nuestros hermanos que empuñan el fusil y defienden el terreno palmo a palmo. Dice que está organizando grupos de activistas, para que den más rendimiento en el trabajo los soldados de esta unidad.

                Interviene el camarada Sarrió [Gonzalo Sarrió Gandía], Delegado Político de la 2ª compañía del 433º Batallón, y expone: que el motivo principal del descenso de moral entre los soldados de su compañía, es debido, una de las causas, a la poca fortificación que existe, pues están batidos por el enemigo; [otra] el desgaste producido en los soldados por su larga permanencia en las trincheras y agotamiento después de los últimos combates; la falta de material y de las necesidades más perentorias que personalmente requieren; lo insuficiente que es el suministro en frío que en la actualidad se les da; también influye mucho, no haber tenido descanso después de las anteriores operaciones, pues muchos soldados dicen que otras unidades lo han tenido, y las de esta Brigada no, que ellos están dispuestos a todo lo que sea, pero estima que en la forma que ahora están no podrán continuar dando mucho rendimiento sino se les atiende en todas estas necesidades. Expresa también varios detalles insignificantes, como el de algunas quejas formuladas por los soldados, indicando que todo esto ha ido persuadiendo a los que las formulaban que hay que tener un espíritu de sacrificio en esta lucha y al que todos debemos estar dispuestos por el bien de nuestra causa. Termina diciendo que todos estos razonamientos llegan a la comprensión de la tropa, pero sigue estimando que podrían concedérsele y atenderles de todo cuanto necesitan. Indica que así es la actual situación del estado de ánimo de los componentes de esta compañía, y espera que estas necesidades sean cubiertas lo antes posible, para que al soldado se le pueda pedir un mayor esfuerzo y el rendimiento deseado.

                Hace uso de la palabra el camarada [Eugenio] Humanes [Comisario accidental de la 109ª Brigada], e indica que va a hacer un breve resumen de los expuesto por los comisarios y delegados que anteriormente han informado, señalando primeramente que la línea que hoy cubrimos sería buena si esta estuviera bien fortificada como las circunstancias requieren, y a este fin tenemos que realizar todos un buen trabajo político para que se consiga que esta fortificación se active todo lo posible y se rinda en este trabajo lo máximo, pues, nadie debe ignorar la gran importancia que esto tiene para nosotros, y hay que hacer que los soldados tomen esto con cariño y pongan de su parte lo necesario, ya que también es un resguardo para su vida y una muralla segura contra el enemigo, donde vayan a estrellarse todos los ataques que este inicie a nuestras posiciones. Hay que fortificar a toda hora, y con todos los elementos que para este fin se puedan disponer.

                Hace presente la escasez de material y armamento que por estos momentos pasa la [109ª] Brigada, y es necesario que la Superioridad haga lo posible para que esta sea remediada en un corto espacio de tiempo, pues, estar bien dotados también es un buen aliciente para que los soldados sientan más seguridad ante el enemigo. Ya en varios informes emitidos a la Superioridad he hecho constar estas faltas y la gran necesidad de cubrirlas esperando que próximamente nos entreguen el material y armamento necesario.

                Sobre el comportamiento de la Brigada puede decirse que este, en general, ha sido bueno, pero que en estos últimos combates se han producido algunos casos desagradables que a toda costa hay que conseguir no vuelvan a repetirse, pues, desvirtúa el buen comportamiento que antes se ha tenido por todos. Hay que hacer que cada uno esté en su sitio y no se mueva un paso hacia atrás, se clave en el terreno y espere al enemigo para aniquilarle, y si es preciso morir se muere defendiendo la posición que le han asignado a uno. Alienta a todos los comisarios y delegados para que sirvan de estímulo entre la tropa, y con su ejemplo hagan que esta responda como es debido. Indica que hay que rehabilitar a la Brigada y demostrar que vale y que sus componentes están dispuestos a sacrificarse en defensa de la causa, como hasta ahora lo han hecho. Aunque, desde luego, es sabido que siempre, y en todas las unidades hay algunos elementos que perjudican por su estado desmoralizador; a estos hay que clasificarlos y hacer que sean trasladados a las unidades de indeseables.

                Continúa diciendo que hay que decir las cosas, si es preciso, con crudeza, pero que estas siempre se ajusten a la verdad. Todo buen comisario debe informar a sus superiores con la realidad del momento, para que estos conozcan fielmente la situación de las fuerzas y lo que se puede esperar de su rendimiento. Se refiere a lo indicado por el camarada Sarrió y, dice, que verdaderamente es así, como dicho camarada lo ha indicado, la situación de nuestros soldados respecto a la moral, pues, en estos últimos días, se ha notado en ellos que no poseían la [moral] que peculiarmente tenían, siendo, la causa de esto, principalmente, culpa de los jefes y oficiales, que no han sabido imponerse como han debido en estos casos de desmoralización, siendo ellos los primeros desmoralizados que había en la unidad. Los soldados pueden cumplir como lo han hecho en cuantas ocasiones han tenido, pero, repito, que hay que hacer un trabajo intensivo sobre los mismos, para que se eleve la moral hasta lo máximo, y sean los combatientes que se sacrifican y resisten hasta lo último. Expresa que, como ya han dicho los anteriores informantes, hay que hacer a toda costa que esta moral alcance el nivel deseado, y que todos trabajemos con fe sobre este asunto de capital importancia para el buen rendimiento de la Brigada.

                Sobre necesidades explica, que ya en esta reunión, ha quedado patente las que son precisas en esta unidad. Pues existiendo una gran falta de armamento y material, no se puede esperar tampoco un gran rendimiento de la fuerza cuando no dispone de los elementos necesarios para su defensa. Cree que la mayor necesidad en la Brigada es su reorganización, pues si no se hace esto rápidamente, lo que se conseguirá con ello, es su total agotamiento, y ahora podrían aún recuperarse en la misma, con un descanso y un plan de reorganización se rehabilitará en toda la línea. Es preciso que los cuadros de mandos se completen y se reorganicen también.

                El funcionamiento de los Servicios en conjunto ha sido bueno; Intendencia, Transmisiones, Sección Tren y Municionamiento, han prestado buen servicio en todo instante con arreglo a los medios con que cuentan. Únicamente, Sanidad, es en la que se ha notado deficiencias y no ha dado el rendimiento que es preciso en los combates. Ya es sabido la falta de material y personal técnico en la misma, pero aún con todo se puede mejorar en algo el que estas clases de servicios estén lo mejor atendido posible. Señala la necesidad de que próximo a las posiciones que ocupan los batallones se habiliten los cortijos para enfermerías de estos, con el fin de que los enfermos fueran a restablecerse a ellos y no estar en unión de las demás fuerzas, pues esto lo que tiende es a resquebrajar la moral; y ya en los casos rebeldes de paludismo, de estos sitios, se podrían evacuar al hospital de la Brigada.

                El trabajo político realizado en la Brigada ha consistido, como ya queda expuesto en las intervenciones de los comisarios de batallón, en hacer que los soldados estuvieran en todo momento dispuestos a afrontar los sacrificios que requiere nuestra lucha, y hacer que, en ellos, existiera la idea de oponer una resistencia tenaz al invasor, como también todo lo concerniente para hacer que la moral de nuestras fuerzas fuera lo más elevada posible. Se han marcado tareas a este fin, con el objeto de que comisarios y delegados convivieran continuamente con la tropa, y fueran los primeros en sacrificarse para estímulo y ejemplo de ésta, sintiendo sus mismas necesidades como un soldado más. Por medio de charlas y conversaciones, se les ha ido exhortando para que cumplieran lo más fielmente posible todas cuantas órdenes se les dieran, resaltando los hechos heroicos de muchos camaradas en las anteriores operaciones, como también del curso de las operaciones de los Ejércitos gloriosos que operan por Levante y el Este.

                Se ha tenido una estrecha colaboración con el mando militar en todos los momentos y fases de la lucha, siendo necesario prestarle a este, aún más, si cabe, esta ayuda, para que la labor en común que debemos realizar diera los resultados apetecidos. Se recorren continuamente las líneas para comprobar el estado de las fuerzas y sus necesidades más perentorias, para una vez en antecedentes de las mismas, exponerlas a la Superioridad para su conocimiento y que esta procurara subsanarlas. Indica que por todos hay que dar a conocer todas las faltas y necesidades que existan en las unidades, para que lleguen a conocimiento de la Superioridad y pueda remediarlas, como ya antes digo y repito, esta vez más.

                Interviene el Comisario del 434º Batallón [José Huertas], para hacer presente que hay que tomar medidas rápidas y enérgicas contra los individuos que se marchan a sus casas desde los hospitales, sin previa autorización para ello, pues esto también influye en la moral del resto de los soldados que ven que al regreso del desertor solamente le imponen un insignificante arresto, haciendo luego los demás el mismo caso cuando tienen oportunidad. Indica también que, al efectuarse alguna retirada, aprovechan la oportunidad, algunos sin escrúpulos, para marcharse a sus pueblos. Hay que poner algún castigo que sirva de ejemplo entre la tropa. Dice que está trabajando para ver los individuos que se han marchado a sus pueblos valiéndose de estos medios; indica también que se debe escribir a los pueblos de los individuos que se sospeche se hayan marchado, para que los detengan y los traigan conducidos.

Comisario de Brigada y Coronel del Ejército Popular.

                Hace uso de la palabra el camarada Herrero [Comisario de la 109ª Brigada], expresando que interesaba informarse a través de los datos suministrados por los comisarios, de la actual situación de la Brigada a su regreso a ella, para después comprobar sobre el terreno la realidad de esta situación expuesta por los que anteriormente han hecho uso de la palabra. Es preciso -dice- que en toda clase de informes que se envíen, hay que hablar ateniéndose a la realidad por cruda que sea esta, y señalar escuetamente todas las necesidades y faltas que noten en las unidades, pues nosotros, tenemos el deber ineludible de velar por el buen estado de los soldados y conseguir que estos estén lo mejor atendidos posible. Cuando haya alguna falta grave, que por su importancia merezca un castigo ejemplar, debe exponerse para que al causante de ella se le sancione debidamente. Se dirige a los comisarios y les indica que en su trabajo está que esto se corrija y que por medio de un intenso trabajo político se consiga que la moral y la disciplina estén a tono con las circunstancias. Es un deber que tenemos todos nosotros y del cual no podemos escusarnos sino trabajar activamente para colocar a la Brigada a la altura que le corresponde. El descenso de moral operado en estos últimos días entre nuestros soldados debe atajarse por medio de un intenso y productivo trabajo político, cosa que se puede lograr estando atentos a todos los pormenores de los soldados y estando continuamente conviviendo con ellos. En la unidad que esté deprimida la moral y esta no haya alcanzado el grado deseado, se achacará a que no se ha realizado un buen trabajo político, en el que hemos de poner nuestra fe y entusiasmo para que dé los resultados deseados.

                Hace saber, como ya se ha expuesto a la Superioridad, la necesidad de sacar de línea a la Brigada y reorganizarla, pues, esto sería un factor importantísimo para la combatividad y moral de la tropa, y, por el motivo también, de que esta se encuentra en situación de desorganización, siendo una de las causas el estado físico de los soldados.

                Aprueba lo expuesto por el camarada Humanes, repitiendo que los comisarios deben poner en sus informes la realidad por cruda que sea, y por este medio espera que se podrá conseguir enmendar muchas de las faltas que puedan existir dentro de las unidades.

                Cree que es hora ya de que se termine el temor de que por parte del enemigo se haga un nuevo cerco, pues por la Superioridad se han tomado las medidas necesarias para contener al enemigo en Extremadura, debiendo hacer ver al soldado todo esto para que se anime más y confíe en nuestro potente Ejército, y que por nuestra parte se tomen también las medidas oportunas para desarrollar un trabajo político tan eficaz como necesario en los momentos actuales. Puede reorganizarse nuestra Brigada, ya que no será posible el relevo de ella, poniendo, todos, de nuestra parte el máximo esfuerzo para conseguirlo.

                Exprese la creencia de que aún existen en las unidades elementos desmoralizadores, lo que hay que evitar a toda costa. Indica que por estas unidades se deben mandar una relación de los que se portan bien para su recompensa, y otra de los que por sus actos se deban castigar, así de esta forma se irá estimulando aún más al soldado para su buen cumplimiento con el deber.

                Hace constar que hay que hacer una labor sobre los oficiales, que es la base principal; pues, una vez conseguido que estos se ajusten estrictamente al fiel cumplimiento de su cometido, y procurando que en ningún momento se produzca ni un solo caso de desmoralización, y de esta forma, será siempre más fácil, que los soldados respondan como es debido y que no se produzca ningún caso desagradable de indisciplina, acatando en todo momento las órdenes del mando.

                Por todo lo expuesto, insiste, hay que iniciar una intensa labor de reorganización de la Brigada en los aspectos militar, político y cultural, siendo incansables en la ayuda al mando, por lo que al primero se refiere. Dice también que en la presente semana y en la próxima hay que realizar el trabajo que a continuación señala: 1º. Se celebrará en cada Batallón una reunión a la que asistirán el jefe y comisario del mismo, los delegados y jefes de todas las compañías y cuantos oficiales puedan, ante la presencia y con intervención del jefe y comisario de la Brigada, para lo cual se avisará por los comisarios del Batallón con la debida antelación. En dichas reuniones se abordarán los siguientes puntos:

                a) Juicio crítico de las recientes operaciones, señalándose defectos y errores para poder sacar las naturales enseñanzas.

                b) Necesidades de poseer una fuerte moral de resistencia por parte de jefes, oficiales y comisarios, única forma de lograrla para nuestros soldados.

                c) Concepto de la responsabilidad.

                d) Urgente necesidad de una mayor capacitación.

                e) Fortificación de todas las líneas.

                f) Estrecha ligazón con los soldados y atención a sus necesidades.

                Finalizadas estas reuniones, en cada compañía de cada Batallón se celebrará otra a la que deberá asistir además del jefe y el comisario del batallón, el jefe y comisario de la compañía y el mayor número posible de jefes de sección y pelotón, abordándose los mismos puntos que en los anteriores y remitiéndose a este Comisariado las correspondientes actas de dichas reuniones por quintuplicado.

                2º. Se reorganizarán los grupos de activistas, procurando sea con los mejores camaradas, y estarán compuestos de tres grupos de la siguiente forma:

                I – De choque (antitanquistas y antiavionistas).

                II – De lectores de prensa, proclamas, etc.

                III – De Investigación.

                Después de formados estos grupos deberá mandarse relación nominal al Comisariado de esta Brigada de los individuos que componen los mismos, debiendo llevar su filiación política y sindical.

                3º. Se debe intensificar nuestro trabajo de agitación y propaganda, llegándose al soldado, y recorriendo las líneas hablándoles diariamente, para cuyo fin se recorrerá una compañía cada día como mínimum, si circunstancias imperiosas no lo impiden, para que el soldado exponga sus necesidades y opinión, y se hará constar esta visita, y sus resultados, en los partes de novedades diarios, para que tenga conocimiento de ello este Comisariado, y sepa a cada instante el estado moral de la fuerza y sus necesidades más precisas.

                A continuación, dice que, de acuerdo con el jefe de la Brigada, se repartirán las existencias que halla en el almacén de Intendencia de la Brigada, de calzado, ropa, mantas, etc., para cubrir estas necesidades y que el soldado esté lo mejor atendido posible. Recabando también de la Superioridad todo lo que fuera necesario para el mejor cumplimiento de estos deseos. Se tratará en la medida de lo posible distraer a los soldados, ya que no puede conseguirse permiso; sacando de la línea a pueblos de retaguardia no muy distantes de ésta, primeramente, a los que mejor se comportaran en los combates y después a los demás que se lo merecieran. Dice que se va a instalar una Casa de reposo, montando también un aparato de cine en Talarrubias, y aprovechando la proximidad del frente se podían sacar diez camaradas por batallón para que pudieran asistir a las representaciones que se dieran, pudiendo distraer de esta forma a un gran número de soldados.

                En cuanto a los individuos que existen en los batallones dudosos o desafectos, como ya se tiene dicho, los jefes de batallón remitirán una relación de los que existan en cada unidad para ser enviados al batallón de la [37ª] División que existe para dichos individuos.

                Por último, recuerda el camarada Herrero [Comisario de la 109ª Brigada] que, a través de los partes diarios, se hagan constar los trabajos realizados por comisarios y delegados durante la jornada, así como en los informes semanales se hará constar las necesidades y la situación de la unidad, con arreglo al folleto El informe del Comisario. De la misma forma, recuerda la necesidad de que con toda puntualidad deben remitir a este Comisariado el parte decenal de fortificación, como también toda clase de documentos relacionados con el trabajo del Comisario; y espera que por parte de todos no se retrasen dichos documentos para, en su debido tiempo, dar cuenta a la Superioridad.

                Hace referencia a otra reunión en la que se acordó que todas las tareas se marcarían a través de estas reuniones, remitiéndose al efecto copia del acta a cada Comisario, por lo que exige el más exacto cumplimiento de las [tareas] hoy señaladas.

                Por no haber más asuntos que tratar se levanta la sesión a las 20´30 horas.

Talarrubias 17 de agosto de 1938

Vº Bº

El Comisario de la Brigada

[firma autógrafa] Ernesto Herrero

[Sello impreso: “109ª Brigada Mixta. Comisariado”]

Fragmento recogido en las memorias del escribiente Francisco Buj Pastor, que relata el bombardeo sufrido el 12 de octubre de 1938 sobre una caseta-pajar donde se encontraban los jefes, oficiales, escribientes y enlaces de la 109ª Brigada en el frente de Talarrubias, a través del que se nos muestra el ardor y valor guerrero del comisario Eugenio Humanes [5]

“12 de octubre del 38. Seguimos las órdenes recibidas [de la 37ª División] y nos trasladamos más al Sur, [siempre] de noche [por la llanura], hasta llegar a una “caseta-pajar” donde el mando y asistentes se replegaron para descansar. Varios compañeros y yo nos quedamos a dormir fuera, en la era: había parva y fue una tentación [y privilegio] poder descansar en la mullida paja. Además, el edificio no bastaba para albergar a toda la oficialidad y escribientes y enlaces. Metidos en la paja, dormimos como unos benditos, ignorando la distancia exacta del enemigo.

Al amanecer, la llegada de los Jefes de la [109ª] Brigada y [37ª] División, con sus caballos, hizo que los fachas nos localizaran, pues los “pacos”[6] nos tiroteaban desde la orilla opuesta. Las balas se introducían en la parva, que abandonamos rápidamente. Y nos insertamos en la caseta a todo correr… ¿Recuerda?

Comisario de Brigada, Coronel y Comisario de Batallón.

Denunciada nuestra presencia en la Cota, una batería enemiga comenzó a lanzarnos sus obuses; primero, distanciados, explotaban a unos cuantos metros de nuestro refugio o puesto de mando. Luego, afinada la puntería, un casco de la metralla fue suficiente para desmoronar parte de la techumbre, en la esquina oeste del endeble pajar. Y, por el hueco del techo, podíamos ver cómo algunos obuses pasaban de largo, para explotar detrás. Otros, a la derecha, a la izquierda, delante. La frecuencia de los disparos aumentaba, al compás casi de los latidos del corazón. Una combinación de tiro con obuses explotando en el aire, a pocos metros de tierra, hacía que unos rezáramos ante la muerte segura. Creo que no quedó Santo por invocar: ¡Virgen de la Fuensanta, del Pilar, de los Desamparados! … Dios mío: ¡¡Sálvanos de los obuses fascistas!!

Otros, no creyentes, tan angustiados o más que nosotros, aterrorizados, maldecían al enemigo, al no tener nosotros oportunidad de defendernos debidamente: como en el ametrallamiento de la Noria, así ahora fuimos cogidos por sorpresa.

Los más valientes, como el Comisario Humanes [Director de Banca en Madrid], arengaban a los demás, [entre detonación y detonación], dando el pecho, brazos en cruz, frente al enemigo: “[¡¡Soldados!!], así se muere mejor” [decía tranquilo].

No exagero si digo que explosionaba un obús cada dos o tres minutos, al principio, sin interrupción. Lo más probable es que alguno haría impacto, de lleno, en el caseto, con los veintiséis habitantes dentro. La locura iba haciendo presa en nuestros cerebros. Jaculatorias y maldiciones se mezclaban con el estruendo de las explosiones, demasiado cercanas. Al fin, hacia las tres de la tarde, cesó la actividad artillera enemiga, invitándonos el Comandante a practicar un agujero en la pared Este e ir saliendo; primero, los que empezábamos a enloquecer, en busca de una desenfilada, a cosa de un kilómetro. Y cuando, esperanzados, nos disponíamos a salir unos cuantos “voluntarios” de aquel lugar maldito, nos atacaron nuevamente, pero con la artillería rápida.

Ya nadie pronunciaba preces ni maldiciones. Creo que entonces aceptábamos aquella tragedia con indiferencia, dando por seguro nuestro último momento. Y así, cual idiotas, mirándonos como si ya nuestros ojos vieran los cadavéricos de los compañeros.

Anonadado el pensamiento, destruido, fracasado, impotente ante la realidad, aún pudo volar, entre el ruido infernal, a Aragón. Teruel, Mirambel, mi madre, mi novia, el Pilar. Aprovechaba aquellos resquicios de tiempo, antes de que la “bondad” del enemigo mitigara para siempre nuestros sufrimientos finales. ¿Se enterarán los míos dónde hemos muerto? ¿Nos enterrará? Seguramente nos rociarán con gasolina para que nuestros cadáveres no huelan. ¿Rezarán por nuestras almas los amigos que quedan? Seguro que sí; ligero el consuelo. Yo sí lo haría, si sobrevivo; rezaría por todos, pues todos somos hijos del mismo Dios. Y con estos confusos unos y clarividentes pensamientos otros, y con los estruendos ya familiares, me asaltó esta idea vivificadora: -“¡Bah! Ya sé lo que hacen estos tipos: nos están asustando, pues ya anochece y todavía no nos han dado”.

Me gustó la idea y, arrepentido casi, pensé: “No Quieren Matarnos … Son Buena Gente; Sólo Nos Asustan”.

Pero enseguida la idea se transformaba: “¡¡Lo Que Quieren Esta Gente Es Hacernos Sufrir Antes De Morir!!

No puedo describir más. Hoy, a los cuarenta años de aquellos hechos, rememorando la trágica “efemérides” de aquel día eterno, me pongo a temblar, siento náuseas; de rabia ahora, de rabia y miedo entonces. Pero también confieso, con vergüenza, [por no haberlo hecho otras muchas veces], que jamás recé con tanta devoción a la Virgen del Pilar. Creo, sinceramente, que Ella, aquel día, solucionó el problema a los Veintiséis Combatientes De La República, no los “compasivos fachas”. Yo le pedí que si podía cambiar el designio divino; que era una idiotez morir así, lejos de la tierra. Y me atreví a “exigir” a la Madre Del Cielo que nos permitiera morir tranquilamente al lado de nuestra madre de la tierra, en nuestras casas, en nuestra cama, cuando Dios quisiera, pues aquél no era lugar para dejar las jóvenes vidas estúpidamente.

Así, desde el alba hasta el anochecer, pasamos el día Doce de Octubre de 1938. En el silencio de aquella noche, confortador para nosotros, por haber salido bien librados[7].

Biografía de Gonzalo Sarrió Gandia, Delegado Político de la 2ª compañía del 433º Bon de la 109ª Brigada Mixta. Elaborada por Fernando Barrero Arzac[8]

El 1º de mayo de 1939, se presenta ante el Jefe de Investigación de Falange Española Tradicionalista y de las JONS de Onteniente (Valencia), una denuncia contra los miembros del Comité de Salud Pública que funcionó en dicha ciudad durante la dominación marxista, para lo cual comparecen Vicente Llora Tortosa y Eduardo Lutonda Puig, ambos vecinos de la localidad.

Dicho Comité estaba formado por un presidente, un vicepresidente, un secretario, un fiscal y trece adjuntos vocales, entre los que formaba parte Gonzalo Sarrió Gandía, alías “Petrola”. Por aquella fecha estaba prisionero en el Campo de Concentración de Zaldívar-La Boticaria, cercano al pueblo de Casas de Don Pedro (Badajoz), pero en el término municipal de Puebla de Alcocer (Badajoz), aunque en la localidad de Onteniente este hecho lo debían desconocer.

Los vecinos Vicente Llora y Eduardo Lutondo, acusaban al Comité de Salud Pública de ordenar las detenciones de los que a su juicio consideraban contrarios a la Causa Marxista, imponiéndoles algunas veces sanciones y, otras, asesinándolos por el macabro procedimiento de los trágicos paseos, actos que se realizaban impunemente sin dejar nunca constatación escrita de estas sentencias. El número de personas juzgadas y asesinadas por el Comité de Salúd Pública en esta ciudad fue considerable. Todos estos Mártires caídos por Dios y por España, habían sido asesinados en circunstancias trágicas, sacándoles, unas veces, a altas horas de la noche de sus domicilios particulares o, bien, siendo extraídos de la cárcel, donde estaban detenidos, presentando siempre la consigna criminal de que se les llevaba a hacer unas declaraciones.

En relación al inculpado en la denuncia, Gonzalo Sarrió Gandía, del cual se ignoraba su actual paradero, el juez militar instructor de Onteniente ordena su busca, captura y detención, para lo cual le abre un procedimiento sumarísimo de urgencia el día primero de mayo de 1939.

Los antecedentes que la sección de Información e Investigación de Falange Española Tradicionalista y de las JONS de la localidad tenía en su poder, reflejaban que había pertenecido al Comité de Salud Pública. Además, un detenido llamado José Martínez (a) Pocateda, le había acusado de ser uno de los asesinos del teniente Garrido Alfonso, y que había sido el cabecilla de un simulacro de muerte de Joaquín Buchón. Anduvo buscando para tratar de capturarle, tras una persona afiliada a Falange Española. Además, dichos antecedentes, le implicaban en el saqueo de las iglesias y del Casino de Festeros, así como de pertenecer a la UGT y al Partido Comunista, del cual era uno de sus jefes.

Un dato que le vincula al hecho de su desaparición, es que tanto el Servicio de Información de Falange como la Guardia Civil de Onteniente, conocían que había servido como Comisario en la 109ª Brigada Mixta.

A pesar de que la Guardia Civil de la localidad, practica las gestiones para localizarle, mucho tiempo después, pasado por lo menos un año desde su denuncia, no encuentra su paradero. Lo que consigue es averiguar los nombres y apellidos de los padres, José Sarrió Correa, ya difunto, y Luisa Gandía Pastor.

El juez instructor, realiza la búsqueda de Gonzalo en las unidades de los tres Tercios de la Legión que se encontraban en Marruecos, por si, tratando de ocultarse, se habría enrolado en alguno de ellos. Tanto desde el 1er Tercio que se encontraba de guarnición en Taouima (Nador, Protectorado de Marruecos), como desde el 2º Tercio en Riffien (Ceuta) y desde el 3er Tercio de Larache (Protectorado de Marruecos), la respuesta fue negativa.

Entonces, tratando de saber más detalles de la vida de Gonzalo Sarrió, el juez decide tomar declaración a varios vecinos de Onteniente que conocían al mismo. Les pregunta si le conocían, por la filiación política o sindical del mismo, por los cargos desempeñados durante el periodo revolucionario, si realizó propaganda en mítines, así como si exaltó la causa roja o insultaba al Ejército nacional. También si había intervenido en detenciones y asesinatos, entre ellos, el del teniente de la Guardia Civil, Emilio Garrido Alfonso. Si había intervenido en robos, registros, requisas y destrucción y quema de iglesias. Si había prestado servicio como miliciano armado y había ido voluntario al Ejército Rojo, junto con la graduación que alcanzó.

Poco más de lo que ya había recogido la denuncia inicial sacó el juez en claro, pero sirvió para corroborarle en casi todos sus extremos.

Lo que había recogido el Auto procesal, es que existían indicios racionales para creer que Gonzalo Sarriá, alías Petrola, antes y durante el Glorioso Movimiento Nacional, perteneció al Partido Comunista, que desempeñó el cargo de vocal del Comité de Salud Pública y que exaltó en sus conversaciones públicas la causa roja, insultaba al Ejército nacional y a sus generales, y que fue uno de los asesinos del teniente de la Guardia Civil, Emilio Garrido Alfonso, que había dado malos tratos a los detenidos de derechas y que retuvo a un individuo llamado Francisco Sola que más tarde fue liberado y, además, fue uno de los dirigentes de las organizaciones revolucionarias que intervino en la quema y destrucción de objetos sagrados, como que también había ido voluntario al Ejército rojo, alcanzando la graduación de Comisario.

Gonzalo era natural de Onteniente y tenía 30 años de edad, además era soltero y vivía antes y durante el Glorioso Movimiento Nacional en la misma población, y aunque no habían dado con él, estaba procesado en la Causa nº 720-V-1941, por auxilio a la rebelión.

En vista que no aparecía, el 21 de agosto de 1943, mediante la publicación de una requisitoria, el juez instructor de Gandía, le da un plazo de quince días para comparecer ante él, bajo el apercibimiento de que, en caso de no hacerlo, será declarado rebelde[9], al mismo tiempo que ordena a las autoridades civiles y militares que procedan a su busca y captura y, en caso de lograrlo, ponerlo a disposición del Capitán General de la 3ª Región Militar (Valencia). También se publica en los boletines oficiales del Estado y de la Provincia de Valencia.

En vista de que transcurrido el plazo para presentarse ante la justicia no lo hace, el 23 de octubre de 1943 se le declara Rebelde.

Nos causa sorpresa ver como a pesar de que el Procedimiento Sumarísimo Ordinario contra Gonzalo Sarrió, comenzó a incoarse el 1º de mayo de 1939, la Auditoría de Guerra de la 3ª Región Militar, no logró recoger la información necesaria de la Auditoría del Ejército de Ocupación, para conocer que este encartado se encontraba prisionero en un Campo de Concentración en 1939, custodiado bajo la jurisdicción, primero, de unidades militares del Ejército del Centro y, después, del Ejército del Sur, supeditado en cuanto a los temas de justicia a aquel organismo jurídico-militar. Lo cual nos induce a pensar que, a pesar de que las normas de Ocupación que había dictado directamente el general Franco, eran claras en lo concerniente  a cómo debían seguirse los pasos para que un prisionero con antecedentes delictivos o de cualquier otro tipo, debía acabar detenido, incomunicado y puesto a disposición de la Auditoría de Guerra del Ejército que se había encargado de su custodia, en este caso, los prisioneros militares que se habían entregado y habían sido encerrados en Zaldívar, y luego fueron trasladados al Campo de La Boticaria, nunca fueron puestos a disposición de una Auditoría de Guerra.

Correspondencia en campaña de Anselmo Ruiz Martín, Comisario 1ª Compañía del 435º Bon de la 109ª Brigada Mixta. Transcrita por Fernando Barrero Arzac[10]

[Carta de Anselmo Ruiz Martín a sus compañeros comunistas de Orellana la Vieja (Badajoz)]

En Campaña 18-7-1938

II Aniversario

Queridos Camaradas del PC [Partido Comunista] de Orellana la Vieja (Badajoz), os mando un Saludo Revolucionario a todos en general. Me acuerdo de vosotros en el segundo aniversario de la guerra de España que nos declararon unos generales Traidores a su patria. Ya en este día, os prometo en mi nombre y en nombre de todos los combatientes de mi compañía, que no desmayaremos ni un solo momento, porque nosotros sabremos hacer que muerdan el polvo de la derrota con las puntas de nuestras bayonetas, los nidos de Traidores que quieren invadir nuestra España, pero los españoles que estamos al lado del Gobierno de la República, no lo consentiremos que España sea de los italianos y alemanes, que España será de los verdaderos españoles, porque estamos dispuestos a dar nuestra sangre antes que ceder un palmo más de terreno y para eso vosotros también tenéis que ayudarnos a nosotros trabajando en la Retaguardia, para producir para el Frente, que nosotros decimos lo que el Jefe del Gobierno nos ha dicho: “España será de los españoles porque luchan por la suya [Patria]” y así conservamos más fe en el Triunfo y viva el Ejército del pueblo, viva España y vivan los soldados españoles.

Vuestro camarada y paisano

Anselmo Ruiz Martín

[Carta de Anselmo Ruiz Martín a sus compañeros de la Unión General de Trabajadores (UGT) de Orellana la Vieja (Badajoz)]

En Campaña 18 del (sic) Julio del 1938

Estimados camaradas, salud os deseo a todos en este segundo aniversario de nuestra independencia. Yo por estas líneas de fuego sigo sin novedad, en compañía de todos los que, juntos, conmigo, luchamos por la independencia de España: Camaradas al hacer dos años que los generales traidores a su patria se alzaron contra el pueblo, recuerdo cómo supisteis como verdaderos españoles prestar ayuda y confianza al pueblo español y al legítimo Gobierno de la República. Como entonces supisteis sacrificaros en aquella guerra civil, en estos momentos que es una guerra de independencia que son arrimar (sic) […] los momentos […] debéis de trabajar con tesón y sin descansar para que no falte nada ni a vuestras compañeras ni a los combatientes que a vosotros os defendemos de la tiranía fascista.

Que no se diga que los obreros de Orellana vacilaron un solo momento en esta lucha de trabajo y de sacrificio. Que siempre seamos el vivo ejemplo de los demás pueblos.

Camaradas que si vosotros trabajáis en la retaguardia, miles y miles de compañeros estamos empuñando la bayoneta para que el invasor no tome ni un paso más de terreno, porque estamos dispuestos a que España no sea de los extranjeros. Que España será toda y siempre de casta extranjera de los sacrificados trabajadores, porque verteremos nuestra sangre en todos los momentos de necesidad por nuestra querida España. […] camarada a trabajar con valor y coraje que nosotros los haremos de morder el polvo de la derrota. Se despide vuestro camarada y paisano con un Viva a los trabajadores de Orellana y un Viva al Gobierno de la República.

[Rubricado y firmado] Anselmo Ruiz Martín

[Carta de Anselmo Ruiz Martín a su madre Ana de Orellana la Vieja (Badajoz)]

En Campaña 20 del 7 [julio de 1938] 38

Querida madre, salud.

La deseo en compañía de mis hermanas. Yo bien hasta la presente [de] salud.

Madre he recibido la suya con fecha del día 16 [julio] en la cual quedo enterado de todo cuanto Ud. me comunica madre. Ya le decía que había tenido carta de Manolo y he cogido el retrato que Ud. me manda [y] va dentro de la carta. Madre de lo que me decía Ud. pronto irá a ver a Manolo, pues yo me alegro de que pueda Ud. ir a verle, que yo también tengo ganas de verle también. Madre, que mandará Ud. decir si tiene Ud. carta de Fernando, porque a mí, no me ha escrito desde el 20 del mes pasado [junio]. Supongo que estará bien, madre. También le digo que he estado hablando con la Mariana y la Isabel y están bien.

Madre, también le digo que el día 18 [julio] pasé un día muy bueno, porque nos llevaron mucho de comer y tabaco, y estoy muy contento. Así Ud. por ahí se hace de algún tabaco, y sin más por ahí.

Besos para madre, Isabel y la Mariana y mis hermanas y Ud. los recibe de su hijo

[Firmado y rubricado] Anselmo Ruiz Martín

[Carta de Anselmo Ruiz Martín a su hermana María Andrea de Orellana la Vieja (Badajoz)]

[20 de julio de 1938]

Querida hermana María Andrea recibo [la tuya] [carta] y me puse muy contento de que veo que te acuerdas de mi más que la Isabel, y yo por eso te mando estas cuatro letras […] Besos para la Isabel y tú los recibes de tu hermano

[Firmado y rubricado] Anselmo Ruiz Martín

Biografía de Ernesto Herrero Falagan, Comisario de la 109ª Brigada Mixta. Elaborada por Fernando Barrero Arzac[11]

El Comisario Ernesto Herrero, era vecino de Madrid, al igual que sus padres, Marcial y Carmen, y vivía casado en la calle Batalla del Salado, en el distrito Hospital. Estaba empleado en el Banco Internacional de Industria y Comercio de Madrid, y afiliado a la UGT Sindicato de Crédito y Finanzas, desde los últimos meses del año 1935. Debía ser una persona de complexión alta y gruesa.

Al estallar la Guerra disfrutaba de sus vacaciones en San Sebastián de los Reyes (Madrid), desde donde regresó a la capital, hacia el 23 o 24 de julio de 1936. Tras presentarse en el Sindicato, allí se le comunicó que quedaba movilizado, y así continuó hasta el 6 de noviembre de ese mismo año. A partir de dicha fecha sirvió en el Ejército republicano hasta el 28 de marzo de 1939, ostentando los empleos de Comisario de Batallón y Brigada, recalando en varias unidades: 4ª Brigada Mixta, 109ª Brigada Mixta y Comisariado General de Guerra.

El 6 noviembre fue enviado al frente, al Sector de la Estación del Norte de Madrid, ocupando un puesto en las oficinas del Estado Mayor como escribiente, hasta marzo de 1937, en que sale trasladado para Valencia. Allí permaneció en el Comisariado, también como escribiente, hasta junio, cuando es promovido al empleo de Comisario de Batallón, continuando en las oficinas del Comisariado General de Levante hasta últimos de 1937 que pasa destinado a la 109ª Brigada, como Comisario de la misma. Mas tarde, en el verano de 1938, desempeñó el cargo de Comisario de División, en la 29ª, en el Ejército de Extremadura, durante la ofensiva enemiga de aquella época, La Bolsa de la Serena, pero durante un corto espacio de tiempo, tras el que volvió a su destino en la 109ª Brigada.

En uno de los puntos de la Orden del Batallón 434º de la 109ª Brigada Mixta del día 9 de diciembre de 1937, cuando esta unidad se encontraba cubriendo las posiciones de Higuera de la Serena (Badajoz)[12], se pone en conocimiento de todos los combatientes “el celo que prestan al servicio que tienen a su cargo los escuchas[13] de este Batallón habiéndolo demostrado, una vez más, al dar muerte a tres traidores que se encontraban entre nosotros y que intentaban pasarse al enemigo, que resultaron ser Manuel Navarro Bañón, José Requena Benítez y Martín Pardo”.

Manuel Solera Herrero[14], sastre, natural de Caudete (Albacete) donde vivía, también se hallaba prestando servicio en la 109ª Brigada Mixta durante la Guerra, junto a sus paisanos, Francisco Requena Domenech, José Requena Benítez, Manuel Navarro Bañón y Francisco Martínez García y, además, otro militar de la misma provincia, Pedro Resta Resta, natural de Villapalacios, desde el día 16 de marzo de 1937 en que fueron movilizados.

Pedro Resta Resta había sido denunciado por las autoridades de su pueblo, y cuando se incorporó a filas ya salió detenido desde Albacete, y en los ocho meses que permaneció en la Brigada estuvo encarcelado hasta el día que murió trágicamente.

 El relato de Manuel Solera sobre los hechos recogidos en la orden militar descrita más arriba, confirma que, cuando estaban destacados en el pueblo de la Higuera de la Serena, debido a informes recibidos de los respectivos ayuntamientos, estaban detenidos Francisco Requena Domenech, José Requena Benítez, Pedro Resta Resta y Trinidad Cantos Ortíz, y el día 8 de diciembre de 1937, fueron asesinados José Requena Benítez y Manuel Navarro Bañón, por orden que dio el capitán del 434º Batallón, llamado Timoteo Reboiro. Esta disposición, se la dio al comisario de la compañía, llamado Rafael Toledo, natural del pueblo de Blancas, provincia de Murcia, que fue quien llevó a cabo las ejecuciones en compañía de cuatro individuos cuyos nombres ignoraba, pero de los que se sabía que eran naturales de La Almolda (Zaragoza)[15].

Manuel Solera, fue detenido al día siguiente, el día 9 de diciembre junto con Francisco Martínez García, y el día 12 por la noche, lo sacaron del calabozo unido a Francisco Requena Domenech, Francisco Martínez García, Pedro Resta Resta y Trinidad Cantos Ortíz, y conducidos a la línea de fuego, pretextando iban a prestar servicio de escucha, pero sin darles armas, y cuando el comisario y los cuatro individuos de La Almolda iban de camino, con una ametralladora comenzaron a hacerles fuego, cayendo muertos sus cuatro compañeros. Manuel pudo salir huyendo y llegar a las filas enemigas en donde ya permaneció prestando servicio en el Regimiento de Castilla nº 3.

El trágico suceso, fue comunicado por el único sobreviviente, Manuel, en el pueblo de Caudete, de donde eran la mayoría de los asesinados, y tras acabar la guerra, todos los familiares de las víctimas, se trasladaron al lugar de Higuera donde les dijeron que habían sido enterrados, y el día 15 de diciembre de 1940, consiguieron trasladar de vuelta sus restos a la localidad albaceteña donde fueron enterrados.

A decir verdad, Ernesto Herrero percibía que el jefe de la Brigada y el del 434º Batallón perseguían a los soldados de derechas, pero siempre procuraba ocultar la ideología de los subordinados contra los que sabía que se podía tramar alguna represalia.

Francisco Sáez Villaescusa, combatiente de la unidad militar, manifestó que Ernesto Herrero libró de una muerte segura a Rafael Vázquez Gómez y a Pascual Parra Cuenca de Almansa (Albacete), detenidos en la Brigada por desafectos al Régimen, declarándole a Ernesto como compañero de banca, que recomendaba a dichos individuos, para que nada les pasara, asegurándole el comisario que nada les sucedería y así lo prometió. Además, no creía que fuese capaz de ningún hecho criminal como los que se le hacía responsable.

Juan Vergara González, sacerdote, movilizado como recluta, afirmaba que fue tolerante con él aun conociendo sus ideas religiosas, y si bien fue detenido y enviado a una Compañía Disciplinaria, le fue respetada su vida, pudiendo decir que la conducta observada en general fue muy imparcial a juzgar por sus ideas políticas.

Tiburcio Arragó Tejedor, camisa vieja y subjefe de Milicias de FET y de las JONS de Albudeite (Murcia) tras la guerra, que por aquel entonces prestaba servicios en las oficinas del 436º Batallón de la 109ª Brigada, manifestó que la conducta de Ernesto Herrero Falagan como Comisario era buena, conocía sus ideas falangistas como la de otros soldados de las oficinas del Batallón, y no les molestó nunca, facilitándole cuantos favores interesó por su cargo e incluso, una de las veces, le mandó con permiso a su casa, teniendo la impresión, que los móviles que le llevaron a aceptar dicho cargo fueron, más que por su ideal político, por el de poder tener una vida más retirada del frente. La Brigada estaba compuesta en su mayor parte de elementos derechistas, y no vio ni oyó nunca que Ernesto Herrero hiciese propaganda política.

 Anita Serrano de Soriano, de Cenizate (Albacete), una vez finalizada la guerra intentó localizar a los asesinos de su hermano, Laureano Royo de Alatoz (Albacete), que también fue liquidado mientras se encontraba detenido en el Batallón Disciplinario de la 109ª Brigada Mixta en Talarrubias (Badajoz), por haber intentado pasarse a las unidades nacionales. Por lo visto el 3 de septiembre de 1938, a eso de las once y media de la noche, fue llevado a las proximidades del río Guadiana, ya dentro del término municipal de Casas de Don Pedro (Badajoz), y con la excusa de que intentaba desertar, fue disparado y muerto por sus propios compañeros de unidad. En agosto de 1939, Anita Serrano, junto a su familia, estuvieron en Castuera (Badajoz) y en aquel Campo de Concentración encontraron a uno de sus asesinos llamado, Antonio San José Puertas, quien les declaró que a su hermano lo ejecutaron porque los jefes se lo habían ordenado. Al informarse, posteriormente, que uno de los jefes más significados de la 109ª Brigada era el Comisario, Ernesto Herrero, le responsabilizó de ordenar este crimen sin saber con seguridad si había sido quien lo había organizado. También, esta misma señora, pretendió achacar la muerte de su hermano, al jefe del Estado Mayor de la Brigada, el capitán Juan Pedro Fernández del Campo[16], hombre de derechas que, como después de haber sido juzgado, había sido condenado a un arresto domiciliario en su localidad de residencia, Almodóvar del Campo (Ciudad Real), tuvo que enviar a su hermano a hablar con la denunciante hasta el pueblo de Cenizate donde vivía ella, para enterarse de porqué le acusaba. Su hermano la informó y persuadió de que no había sido ni comandante ni jefe con mando en ninguna unidad de combate, sino jefe del Estado Mayor.

Francisco Sáez Villaescusa sabía que a Ernesto se le acusaba entre otros delitos, de haber sido parte del asesinato de los hermanos Laureano, Adolfo y Andrés Serrano, pero declaró que, en honor a la verdad, dos de los dichos tres hermanos, Adolfo y Andrés, fueron asesinados fuera de la Brigada y por elementos rojos, no habiendo pertenecido nunca a la citada unidad, y el llamado Laureano en la citada Brigada por intervención directa de los capitanes Timoteo Reboiro y Francisco [Rodríguez Olivera].

El propio Ernesto durante la instrucción de su Causa, alegó en su descargo contra las acusaciones que le habían dirigido, que nunca había visitado la Compañía de Fortificación donde se encontraban los acusados por desafectos en el Batallón Disciplinario. Por ejemplo, a Pascual Parra lo había denunciado el teniente que mandaba la compañía, Francisco León, además, cuando varios individuos de los que estaban allí arrestados intentaron pasarse a la zona nacional, hecho que el mencionado teniente puso en su conocimiento, silenció el hecho en absoluto. Nunca realizó propaganda revolucionaria dentro de la unidad, y siempre se limitaba a cumplir las órdenes que recibía de sus superiores, que eran las de velar por el estado físico de la fuerza y que estuvieran bien atendidos, tratar de elevar el nivel cultural de la tropa e impedir todo acto de persecución o atropello a cuantas personas de derechas hubiera en las citadas unidades. Creía que como no se había portado mal con nadie de los que sirvieron a sus órdenes no tenía enemigos. Oficialmente solo había sido nombrado Comisario de Batallón, y actuó siempre como Comisario de Brigada con carácter interino, con un pequeño lapsus de tiempo como Comisario de la 29ª División, por hallarse este con permiso, entre los meses de julio a septiembre de 1938, correspondiéndole tal sustitución reglamentariamente, ya que, a efectos, se seguían las normas del Ejército. Se defendió alegando que no había participado en ninguna detención, ni tuvo conocimiento de que se practicase alguna en las unidades en que prestó servicios, conociendo tan solo arrestos que, generalmente, eran aplicados por mal comportamiento y faltas análogas, que los jefes de unidad imponían en las suyas respectivas, los cuales solían cumplirse en la Compañía de Fortificación (Zapadores).

El día 26 de marzo de 1939, cuando la 109ª Brigada emite la que será la última Orden General de la Guerra desde su Puesto de Campaña de Talarrubias, Ernesto Herrero, Comisario de la Brigada, excusa su ausencia de la misma a partir de esa fecha “para proceder a la curación de una dolencia crónica agravada desde hace algún tiempo […]”[17] y aprovecha la ocasión para expresar su satisfacción por el comportamiento y despedirse de sus combatientes.

Ernesto Herrero Falagán[18], el 15 de junio de 1939, cuando se le comienza a instruir el Sumarísimo de urgencia contaba 27 años de edad. Fue detenido a mediados de abril de 1939 en Alicante, cuando se trasladaba a Valencia, e ingresado en el Reformatorio de la ciudad y más tarde en el Castillo de Santa Bárbara. De allí pasó a la Prisión de Aranjuez.

El 21 de mayo de 1942 en el Palacio de las Salesas de Madrid, tuvo lugar su Consejo de Guerra en el que como hechos probados se recalcó que tenía “antecedentes izquierdistas, que era voluntario rojo desde los primeros momentos revolucionarios; Comisario Político de la Brigada 109ª y después de la División 29ª, gran excitador contra el Movimiento Nacional, que ofreció recompensas a los delatores de las personas de orden; que a los soldados a sus órdenes de dichas ideas los mandaba trasladados a unidades disciplinarias, […] En aquella 109ª Brigada se cometieron asesinatos sin que conste la participación directa en ellos del encartado […]”[19]. El delito del cual salió acusado fue el de Adhesión a la rebelión, y la sentencia que le cayó fue de “30 años de reclusión Mayor”. No le responsabilizaron de los asesinatos que se habían cometido en la Brigada narrados más arriba.

El 14 de abril de 1943 es trasladado desde la Prisión de la localidad de Aranjuez (Madrid) a la Prisión Provincial de Porlier en la capital madrileña. El 7 de enero 1944, cuando se encontraba en el establecimiento de la Prisión Central de Yeserías, también en Madrid, se le calcula la liquidación del tiempo de condena y así se considera que fue reducido a prisión el día 11 de abril de 1939, y que se hizo ejecutoria la sentencia el 7 de julio de 1943. Teniendo en cuenta que había sido condenado a la pena de Treinta años, y que el tiempo que hasta ese día había estado en prisión era 4 años, 8 meses y 29 días, le restaba por cumplir la pena, 25 años, 3 meses y 1 día, por lo que dejaría extinguida la condena el día 10 de abril de 1969.

Bajo el amparo del Decreto del Ministerio de Justicia de nueve de octubre de 1945 y la Orden Circular del Ministerio del Ejército del 27 de octubre, solicitó una petición de indulto total sobre la pena de Treinta Años de la Reclusión Mayor por un delito de Adhesión a la Rebelión que le había sido impuesta, el 10 noviembre de 1945, cuando ya tenía treinta y cuatro años de edad. En aquel momento estaba recluido en la Prisión-Escuela de Madrid

El 26 marzo de 1946, la Secretaría de Justicia de la Capitanía General de la Primera Región Militar, acuerda indultarle la pena impuesta.

El 5 abril de 1946, desde la Oficina liquidadora de la Secretaría General de los Juzgados Militares de Madrid, se posibilita que se cumpla lo ordenado por el Capitán General Militar de la Región y se remiten testimonios al Consejo Supremo de Justicia Militar, a la Prisión Escuela de Madrid y al propio interesado. Es decir, que Ernesto Herrero quedó en libertad a partir de esta última fecha.

Biografía de Emilio Vivanco Luengo, Delegado Político de la compañía de Ametralladoras del 434º Bon de la 109ª Brigada Mixta. Elaborada por Fernando Barrero Arzac[20]

Emilio Vivanco Luengo, al final de la guerra tenía 24 años de edad y estaba soltero.

Era vecino de Villaverde, población cercana a la capital de Madrid, donde vivía junto a sus padres, Adolfo y Dionisia, en el barrio de Las Carolinas, y trabajaba como empleado municipal de ceramista.

El Alzamiento militar le sorprendió en la misma localidad, y al decir del comandante de la Guardia Civil, sus antecedentes político-sociales no eran muy afortunados para ser bien recibidos por las nuevas fuerzas vivas que a partir del 1 de abril de 1939 iban a imponer su autoridad sobre el Estado. Según este Cuerpo antes del 18 de julio de 1936, había actuado como un exaltado propagandista marxista, a la vez que ejercía de enlace entre los distintos partidos del Frente Popular, lo que le obligaba a desplazarse hasta lejanas poblaciones. Pertenecía a las Juventudes Socialistas Unificadas y era miembro de su comité, aunque era socialista, afiliado a la UGT. Entre el 16 de febrero y el 18 de julio, la Guardia Civil le prendió fijando pasquines alusivos a la Revolución de Asturias de 1934. Pero con solo estas funciones no se atrevieron a señalarle delitos concretos, sino aquellos que conjuntamente se realizaron entre los responsables republicanos.

Había sido llamado a filas en el mes de marzo de 1937. Inicialmente le encuadraron en los Servicios auxiliares como soldado raso, y en el Ejército republicano, desde el 1 de abril de 1937, sirvió en el 435º Batallón de la 109ª Brigada Mixta, en el Frente de Extremadura. Más tarde alcanzó el grado de comisario.

A finales del mes de marzo de 1939, cuando la guerra estaba perdida, por lo visto trató de acercarse a los puertos de Levante, pero como era prácticamente imposible salir de España por allí, el día 30 de marzo, se presentó en uno de los muchos controles que las unidades franquistas establecieron en la capital de Alicante. Ingresó en el Campo de Concentración que habían habilitado en la Plaza de Toros, por cuya Junta fue clasificado y destinado, el 29 de noviembre de 1939, al Tribunal Clasificador de Prisioneros y Presentados de Guerra en el Campo de Concentración “Miguel Unamuno” de Madrid.

El 29 de febrero de 1940 se ordena que se proceda a la instrucción de juicio sumarísimo de urgencia contra él, y se le decreta prisión preventiva en la cárcel de Santa Engracia (Madrid). El 6 de abril de ese mismo año, permanece en el presidio de Santa Rita, en Carabanchel de Madrid, durante un corto espacio de tiempo. Vuelve a ser trasladado a la Prisión habilitada de Santa Engracia, 134.

A pesar de que algunas de las declaraciones de los sepultureros de la localidad, hacían mención a que le escucharon mofarse de algunos de los cadáveres que iban a enterrar, y además que se le acusaba de ser enlace entre los distintos partidos del Frente Popular y pertenecer a las Juventudes Socialista Unificadas y miembro de su comité, a la vista de los informes aportados y las diligencias practicadas, el juez instructor consideró que Emilio Vivanco no había tomado parte en ningún hecho delictivo y, por lo tanto, elevó el procedimiento contra él sin dictar declaración alguna de responsabilidad.

En vista que la investigación quedó agotada sin aparecer debidamente justificada la perpetración de ningún delito, la Causa quedó sobreseída por la Auditoría de Guerra del Cuerpo de Ejército del Guadarrama de Madrid, y el 4 de junio de 1941, el reo que se encontraba en la Prisión Central de Yeserías de Madrid, fue puesto en libertad.


Referencias biliográficas

[1] España. Ministerio de Defensa. Archivo General Militar de Avila (AGMAV). Documentación Roja. 109ª Brigada Mixta. Estado Mayor. Sección Segunda:  Información. “Actas de reunión del Comisariado de esta Brigada [109ª]. Agosto y septiembre 1938 y [febrero] 1939”. Armario (A)76 / Legajo (L) 1235 / Carpeta (C) 11 / 12-18.

[2] España. Ministerio de Defensa. Archivo General Militar de Avila (AGMAV). Documentación Roja. 109ª Brigada Mixta. Estado Mayor. Sección Segunda:  Información. “Actas de reunión del Comisariado de esta Brigada [109ª]. Agosto y septiembre 1938 y [febrero]  1939”. Armario (A)76 / Legajo (L) 1235 / Carpeta (C) 11 / 1-11.

[3] Fernando Barrero Arzac. Recomposición biográfica de un caso de desaparición forzada: Andrés Barrero Rodríguez. En: Revista “Memoria Antifranquista del Baix Llobregat. El genocidio franquista en Extremadura”, nº 12. Associació per a la Memòria històrica i Democràtica del Baix Llobregat, Cornellà de Llobregat (Barcelona), 2012 http://www.memoria-antifranquista.com/webvella/biblio/MAF12.pdf

[4] Biografía del Delegado Político de la compañía de Intendencia de la 109ª Brigada Mixta, Victoriano Sáez Herrera, realizada por su nieto José Luis Sáez Núñez, al cual agradecemos que haya compartido con nosotros este conocimiento sobre la figura de su abuelo.

[5] Buj Pastor, Francisco. Memorias de la Guerra Civil (1936-1939). Tarrasa, 1980. Inédita. El acceso a largos párrafos de las mismas ha sido posible gracias a la labor de su hijo Francisco Buj Vallés, al cual agradecemos el arduo trabajo realizado para encontrar los datos que llenan este trabajo.

[6] “Pacos”: En las posesiones de África, moro que, aislado y escondido, disparaba sobre los soldados.

[7] Nota del copista Francisco Buj Vallés: Según nos relató, con más detalle, nuestro padre, al hacerse de noche, fueron saliendo a gatas todos ellos; al minuto, una bomba destruyó el caseto. No hubo ni una sola baja. La sorpresa fue general: ¿Buena suerte? ¿Milagro?

[8] España. Ministerio de Defensa. Archivo General e Histórico de Defensa. Expediente sumarial Gonzalo Sarrió Gandia. Sumario (S) 720 / Caja (C) 20479 / Nº 12.

[9] Recordemos que Gonzalo Sarrió, figuraba en la relación de prisioneros y presentados en el Campo de Concentración de Zaldívar (Puebla de Alcocer, Badajoz), cercano a la localidad de Casas de Don Pedro, bajo la custodia de la Agrupación de Divisiones Tajo-Guadiana del Ejército del Centro nacional, el 5 de abril de 1939. Aunque por investigaciones posteriores, conocimos que muchos de estos prisioneros pasaron bajo la jurisdicción del Ejército del Sur el 26 de abril de 1939 y que, también, un numeroso grupo de cautivos entre los que figuraban civiles, jefes, oficiales y comisarios militares fueron ejecutados extrajudicialmente el 15 de mayo de 1939, en el olivar del cortijo contiguo al de Zaldívar, llamado La Boticaria.

[10] España. Archivo General de la Guerra Civil Española (AGGCE). “Correspondencia enviada por el Comisario de la 109ª Brigada Mixta Anselmo Ruiz Martín de Orellana la Vieja (Badajoz)”. PS Extremadura. U (Unidad) 35 / Exp. (Expediente) 35 / D (Documentos) 72-83. Documentación cedida por su sobrina Ana María Ruiz a quien agradecemos su colaboración. Transcrita por Fernando Barrero Arzac.

[11] España. Ministerio de Defensa. Archivo General e Histórico de Defensa. Expediente sumarial Ernesto Herrero Falagán. Sumario (S) 22543 / Legajo (L) 7690.

[12] España. Ministerio de Defensa. Archivo General Militar de Avila (AGMAV.). Zona Roja (ZR). “Ordenes Generales: Copiador de las Órdenes Generales de esta Brigada [109]. 1937 y 1938”. AGMAV, C. 1063, Carp. 6, 1 documento / Num. Del 1 al 100.

[13] Centinela que se adelanta de noche a la inmediación de los enemigos para observar sus movimientos.

[14] España. Ministerio de Defensa. Archivo General e Histórico de Defensa. Expediente sumarial Ernesto Herrero Falagán. Declaración jurada de Manuel Solera Herrero. Sumario (S) 22543 / Legajo (L) 7690.

[15] En las memorias del escribiente de la 109ª Brigada, Francisco Buj Pastor (Memorias de la Guerra Civil, 1936-1939. Tarrasa. 1980), se recoge el siguiente hecho acaecido nada más acabar la guerra en el Campo de Concentración, relacionado con este suceso: “[A las pocas horas de entrar en el Campo, un soldado había comentado con Francisco y sus compañeros], que unos guardias civiles habían entrado en el despacho del jefe del Campo y se habían llevado a Ambrós [otro soldado de su mismo batallón, probablemente cenetista], nacido en La Almolda provincia de Zaragoza, se lo llevaban para fusilarlo: – Hombre, antes tendrán que juzgarlo, ¿no?” [dijo Francisco]. Al día siguiente, aquel mismo soldado, les comunica señalando un punto hacia el oeste fuera del Campo: -Allí está [enterrado]”.

[16] España. Ministerio de Defensa. Archivo General e Histórico de Defensa, Procedimiento Sumarísimo 5871/39 Juan Pedro Fernández del Campo.

[17] España. Ministerio de Defensa. Archivo General Militar de Avila (AGMAV.). Zona Roja (ZR). “Órdenes Generales de esta Brigada [109]. 1939”. Legajo 1.235.

[18] España. Ministerio de Defensa. Archivo General e Histórico de Defensa. Expediente sumarial Ernesto Herrero Falagán. Sumario (S) 22543 / Legajo (L) 7690.

[19] España. Ministerio de Defensa. Archivo General e Histórico de Defensa. Expediente sumarial Ernesto Herrero Falagán. Sumario (S) 22543 / Legajo (L) 7690. Resultando de la sentencia del Consejo de Guerra.

[20] España. Ministerio de Defensa. Archivo General e Histórico de Defensa. Expediente sumarial Emilio Vivanco Luengo. Sumario (S) 61023 / Legajo (L) 2103.

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7 respuestas a Actas de dos de las reuniones celebradas por los Comisarios y Delegados Políticos de la 109ª Brigada Mixta, y breves biografías de algunos de sus comisarios

  1. eduardo masia dijo:

    Hola, buenos díasComo podría encontrar información sobre los mandos de la 17 BRIGADA MIXTA?Muy agradecido 

    • Estimado Eduardo:
      Respondiendo a tu pregunta, te comunico que en el libro de Carlos Engel “Ejército Popular de la República”, se encuentra un pequeño resumen de la historia y personas que en algún momento formaron parte de la 17ª Brigada Mixta, información que te transcribo a continuación.
      También podrás recoger más información con datos de todo tipo en el fondo documental que posee el Archivo General Militar de Ávila.
      https://patrimoniocultural.defensa.gob.es/es/centros/archivo-general-avila/portada
      La 17ª Brigada Mixta se constituyó, a finales del 1936, en Villarobledo (Albacete) y se otorgó su mando al teniente coronel de Infantería Germán Madroñero López, teniendo como comisario a Manuel Simarro Quiles, del PSOE. Madroñero era, al estallar la guerra, comandante en el regimiento Wad-Ras nº 1 de Madrid.
      A mediados de enero de 1937, partió hacia el frente y quedó acantonada en Ocaña con la intención de hacerla intervenir en una proyectada ofensiva sobre Brunete que no llegó a realizarse. El 7 de febrero, en la batalla del Jarama y encuadrada en la Agrupación Burillo fue encargada de la defensa del Puente de Titulcia, pero pronto adjudicada a la Agrupación Chorda con la misión de proteger otro puente, el de Pindoque. En una audaz maniobra, los nacionales lograron pasar a la otra orilla, evitando la destrucción del puente, y la 17ª Brigada Mixta tuvo que acudir para taponar la brecha y en socorro de la 23ª Brigada Mixta que había quedado prácticamente destrozada.
      El 12 de febrero, atacó, sin éxito, por la Cuesta de la Reina y, dos días más tarde, se situó frente al Vértice Pingarrón, fracasando en su ataque y retirándose desordenadamente. Al día siguiente, fue encuadrada en la División «B» que mandaba el yugoslavo Gal, participando con ella, de nuevo, en sangrientos combates en torno al Pingarrón, últimos estertores de la batalla del Jarama. Durante estas acciones, Madroñero fue relevado por el comandante de Infantería Hilario Cid Manzano que, el 18 de julio de 1936, era capitán retirado en Madrid. Al terminar la lucha en el Jarama, la 17ª Brigada se incorporó a la 13ª División y con ella al frente madrileño, con puesto de mando en Morata de Tajuña, bajo el mando de un olvidado personaje: el teniente coronel Julián del Castillo Sánchez. Era éste un teniente de Infantería de 72 años, retirado en Madrid y que había ganado la Cruz Laureada de San Fernando en la guerra de Cuba.
      En diciembre de 1937, del Castillo fue sustituido por el mayor de milicias Carlos Fabra Martín, para que le reemplazara, casi inmediatamente, el mayor de la misma escala Gregorio Herrero del Olmo y a éste, a su vez, seis meses más tarde el mayor de milicias Manuel López Cabanas.
      Fueron jefes de su Estado Mayor, entre otros, los oficiales de milicias Gil Montoya y Vicente Abad Olmos y comisarios, Ángel Maynar Cebrián, del PSOE y Pedro Tordesillas Sanz.
      La 17ª Brigada Mixta pasó el resto de la contienda en una oscura guerra de trincheras, sin combates que destacar, salvo un intento de romper el frente, a la desesperada, para intentar paralizar la ofensiva nacional en Cataluña, en enero de 1939 y que no tuvo éxito.
      El 28 de marzo, al rendirse el frente de Madrid, la Brigada cerró su historial. (Carlos Engel)
      En los Índices documentales puedes consultar lo que se conserva de esta Brigada en:
      El Archivo General Militar de Ávila
      El Centro Documental de la Memoria Histórica
      Echa un vistazo a las publicaciones militares de las distintas unidades que se conservan en los archivos
      Prensa de Guerra
      También puedes utilizar el Buscador de Combatientes y encontrar cualquier otra referencia que a la misma haya en la web. Te aconsejo que pongas «17ª Brigada» en el cajón de Búsqueda.
      BUSCADOR
      Por último, el Índice Onomástico de los Diarios Oficiales del Ministerio de la Guerra porteriormente llamado de Defensa Nacional.

      Listado de combatientes de la 17ª Brigada Mixta
      AGÜERO RAMOS JUAN Destinos soldado DO55/38 Página 660
      BALLESTEROS CASTRO IGNACIO Destinos soldado DO55/38 Página 661
      BARATO NUÑEZ JULIAN Destinos Soldado DO33/38 Página 382
      BELTRAN JUAN JOSE Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      CABALLERO CUBERO EUGENIO Destinos Soldado DO33/38 Página 382
      DIAZ SANTOS ISAIAS Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      ESCRIBA SOLA JUAN Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      FERNANDEZ LOPEZ JOSE MARIA Destinos soldado DO55/38 Página 660
      FERNANDEZ TORIBIO PABLO Destinos soldado DO55/38 Página 660
      FERNANDEZ VALERO PRUDENCIO Destinos cabo DO55/38 Página 660
      FONSECA VALDUNCIEL PRIMITIVO Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      GALLEGO HERVAS PEDRO Destinos soldado DO55/38 Página 660
      GARCIA JURADO GUZMAN Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      GARCIA PEINADO JOSE Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      GOMEZ LOPEZ EULOGIO Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      GONZALEZ GARCÍA MANUEL Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      GONZALEZ SALAS NARCISO Destinos Soldado DO33/38 Página 383
      GONZALEZ VILLASAN EUDOSIO Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      GORDO RAMOS ALBERTO Empleos en Campaña Capitán de Ingenieros DO65/38 Página 783
      MACIA GARCIA ANTONIO Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      MARTIN AJENJO MANUEL Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      MARTIN NIETO CAYETANO Destinos soldado DO55/38 Página 660
      MARTINEZ CORBALAN MANUEL Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      MARTINEZ LOPEZ JOSE Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      MORALES MORALES LUCIO Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      MORENO RIVERA FELIX Destinos Cabo DO33/38 Página 383
      NICOLAS CARAZO JULIAN Destinos soldado DO55/38 Página 660
      PASCUAL JORGE ANTONIO Destinos Soldado DO33/38 Página 382
      PEREZ PICAZO ENRIQUE Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      PICAZO SANCHEZ MANUEL Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      PUERTA RICO AURELIO Destinos Soldado DO33/38 Página 381
      RAMADA BELLA JOAQUIN Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      RIBES VICENT VICENTE Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524
      TORRES RAMOS CONCEPCION Destinos Soldado DO33/38 Página 382
      TRAVER BELTRAN JOSE Ascensos – rectificación sargento de Infantería procedente de las antiguas milicias DO44/38 Página 524

      Informe de la reunión celebrada a las 15.30 [horas] del día 13 de noviembre [de 1936] en el Estado Mayor
      El coronel ruso [Valois] manifiesta que, de acuerdo con el Ministro de la Guerra hay que proceder rápidamente a la organización de un ejército de reserva, constituido por 10 nuevas Brigadas Mixtas, de la cuales, 3, han de estar disponibles para el día 20 de los corrientes, y las 7 restantes, del 25 al 30 [de noviembre].
      Para la misma fecha deberá estar formada una nueva Brigada Internacional.
      Los jefes de las nuevas Brigadas, designadas por el Ministro de la Guerra, están hoy en el frente y mañana o pasado mañana, se encontrarán en Albacete para recibir instrucciones y salir a los frentes [centros] de concentración de sus Brigadas respectivas.
      Los lugares de emplazamiento de estas Brigadas las fijará también el Ministro de la Guerra.
      Después de informarse de las unidades del Ejército de Voluntarios que se están organizando y de las poblaciones en que se efectúan los alistamientos, un comandante jefe de Milicias [Comandante Silva] que asistía a la reunión, dio cuenta, a su vez, de las fuerzas del 5º Regimiento que pueden concentrarse en distintas poblaciones para formar, con las del Ejército de Voluntarios, las 10 Brigadas que se solicitan.
      El coronel ruso hizo saber que terminando la numeración de las Brigadas Mixtas que ya están en funciones en el número 6ª, las 7ª, 8ª, 9ª y 10ª se organizarán en el Norte; las actuales 1ª y 2ª Internacionales tomarán los números 11ª y 12ª y otras tres, también Internacionales, constituirán las Brigadas 13ª, 14ª y 15ª, por lo que las que se formarán aquí [Albacete], empezarán a numerarse por la 16ª hasta la 25ª, ambos números inclusive.
      Cabeceras de Brigada
      Propuso que las cabeceras de Brigada fueran las siguientes:
      16ª = Ciudad Real
      17ª = Alcázar de San Juan [Villarrobledo]
      18ª = Albacete
      19ª = Villena
      20ª = Murcia
      21ª = Cuenca
      22ª = Alicante [Gandia…]
      23ª = Cartagena
      24ª = Jaén, y
      25ª = Baeza-Úbeda
      Formación de las Brigadas
      Examinados sobre el mapa los lugares de emplazamiento de las unidades de Ejército de Voluntarios y de Batallones de Milicias del 5º Regimiento en formación, se hizo el siguiente acoplamiento de Brigadas.
      Brigada nº 16 = Cabecera: Ciudad Real. La formarán el Batallón de Voluntarios nº 19 (Villanueva del Arzobispo), 2 Batallones del 5º Regimiento de Milicias (Jaén), y otro Batallón, también del 5º Regimiento que se formará en Albacete.
      Brigada nº 17 = Cabecera: Alcázar de San Juan [Villarrobledo]. La formarán el Batallón de Voluntarios nº 18 (Villarrobledo), y 3 Batallones de Milicias de Albacete.
      Brigada nº 18 = Cabecera: Albacete. La formarán el Batallón Milicias de Urtubi (Albacete), y 3 Batallones más, también de Milicias, reclutadas en la provincia.
      Brigada nº 19 = Cabecera: Villena [Alicante]. Un Batallón de Milicias de Yecla y 3 Batallones del 5º Regimiento de Milicias de Albacete.
      Espero que esta información te haya ayudado. Recibe un cordial saludo.

  2. Fernando Villarrubia de Francisco dijo:

    Hola Fernando, enhorabuena por el exhaustivo trabajo de recopilación sobre la actividad de la 109ª BM en el frente de Extremadura.
    He dado con esta página por referencias pues estoy buscando información sobre la 191ª BM en la que combatió mi abuelo Ciriaco Villarrubia San Martín enclavada en la 68 División. Lo único que tengo es una carta suya de septiembre del 38 desde ese frente solicitando avales al presidente de la Federación de Artes Gráficas de la UGT a la que pertenecí, para conseguir el ingreso en el cuerpo de comisarios de compañía. Esto me hace pensar que mandaría una compañia de la 191ª. Luego desaparece y no encuentro nada más. Parece que cuando se desmoviliza en marzo del 39 desaparece y se borra su memoria. Te agradecería mucho si pudieras ayudarme a encontrar su nombre dentro de esta BM u otras anteriores o a darme alguna pista por donde seguir.

    mi correo es villarrubiafernando@gmail.com

    Muchas gracias por tu magnifico trabajo

    • Estimado Fernando
      Con respecto a las unidades la 68ª División republicana, publiqué varias entradas en varias ocasiones: 21 de septiembre de 2020 “Operaciones militares de la bolsa de La Serena entre el 1 y 13 de agosto de 1938 y ocupación de Casas de Don Pedro, Valdecaballeros y Cabeza del Buey”:

      Operaciones militares de la bolsa de La Serena entre el 1 y 13 de agosto de 1938 y ocupación de Casas de Don Pedro, Valdecaballeros y Cabeza del Buey

      El 31 de julio de 2020 “Ocupación de las localidades pacenses de Cabeza del Buey, Casas de Don Pedro y Valdecaballeros durante la reanudación de las operaciones militares de la bolsa de La Serena entre el 9 y 13 de agosto de 1938, según los historiógrafos franquistas”:

      Ocupación de las localidades pacenses de Cabeza del Buey, Casas de Don Pedro y Valdecaballeros durante la reanudación de las operaciones militares de la bolsa de La Serena entre el 9 y 13 de agosto de 1938, según los historiógrafos franquistas

      Y el 12 de octubre de 2019, publiqué la entrada titulada “Las operaciones militares en el Frente Extremeño durante la fase terminal de ocupación (marzo-abril 1939)”, donde narré cómo fue la entrega o rendición de todas las unidades que componían la 68ª División entre ellas la 191ª Brigada Mixta donde estaba encuadrado tu abuelo Ciriaco Villarrubia. Pienso que esta última entrada puede aclararte el porqué, nada más acabar la guerra, vuestra familia deja de tener noticias de Ciriaco.

      Las operaciones militares en el Frente Extremeño durante la fase terminal de ocupación (marzo-abril 1939)

      El año 2021, el hijo de Elisardo Penas García, Roberto Penas Lado, publicó un libro con las memorias durante la guerra de su padre, “Notas y comentarios sobre las memorias de Elisardo Penas García”. Elisardo fue jefe de operaciones de la 68ª División y también conocía muy bien las brigadas que formaban su unidad, entre ellas la 191ª BM.
      No sé cómo el siguiente párrafo llegó hace años en su día a mis manos, pero como hace referencia a un comisario de la misma te la adjunto:
      “En esta tesitura llegó mayo de 1938 y con él, la organización de nuevas Divisiones republicanas. Una de ellas, la 68, iba destinada como fuerza de choque al frente de Levante, pero debía formarse con tres nuevas brigadas, las 189, 190 y 191, que obtendrían sus efectivos de batallones de otras unidades del Ejército de Extremadura, que serían reasignados a las nuevas unidades. Los mandos principales de esta nueva División nombrados al efecto eran tres oficiales recién ascendidos: El Comandante Justo López Mejías como Jefe, Roque Nieto Peña, de Izquierda Republicana, como Comisario político y el Capitán Elisardo Penas García como Jefe de Estado Mayor. El relato que sigue ha sido construido a partir de los detalles que nos cuentan en sus memorias estos dos últimos oficiales.
      Entre las numerosas tareas que tenían que realizar los nuevos mandos estaba la de actualizar las divisas sus uniformes. Asimismo, y con el fin de contribuir a crear conciencia de Unidad, para superar los resabios partidistas entre los miembros de la nueva división, quisieron bordar una bandera republicana con el símbolo de la nueva División. Y para hacer este trabajo alguien les comentó que en una casa de vecindad vivía un grupo de mujeres que podrían hacerlo muy bien.
      Al ir a visitarlas, los mandos se dieron cuenta de que se trataba de un grupo de monjas que vivían casi enclaustradas, por el miedo que habían pasado hasta entonces. Pero los oficiales se quedaron de una pieza cuando vieron que en la casa sobrevivían once mujeres con solo tres cartillas de racionamiento, y no se atrevían a pedir más (a lo que tenían derecho) simplemente por puro miedo. Inmediatamente, los mandos de la División se encargaron de que todas ellas recibieran su cartilla, de lo que quedaron enormemente agradecidas.
      El trabajo de bordado de la bandera y las divisas de los uniformes fue calificado de perfecto por los oficiales y estos prosiguieron con la organización de la nueva Unidad.
      Terminada la instrucción de las nuevas unidades de la 68 División, estas se desplazaron al frente de Levante por ferrocarril, en nueve larguísimos trenes que partieron los días 1, 2 y 3 de Junio de las estaciones de Almorchón y Cabeza del Buey, con un total de 10.000 hombres con sus correspondientes pertrechos.
      Allí actuaron de fuerza de choque, con una muy destacada actuación, pero sufriendo numerosas pérdidas, hasta que, al estabilizarse el frente de Levante a finales Julio, regresaron a las inmediaciones Cabeza del Buey, por carretera, con una brigada menos (la 190 se asignó a la 15 División y quedó en Levante) y solo 4.000 hombres, el 31 de Julio.
      Allí participaron en la batalla del cierre de La Bolsa de la Serena durante todo el mes de agosto. Durante esas operaciones, Cabeza del Buey fue tomado por las tropas franquistas el 12 de agosto. El frente quedó estabilizado semanas después, quedando esta localidad formando una cuña dentro del territorio republicano, que se conoce como “saliente de Cabeza del Buey”.
      Espero que estos comentarios que te hago llegar ayuden a fijar el final que pudo tener tu abuelo.
      Recibe un cordial saludo hasta una próxima ocasión.

      • Fernando Villarrubia dijo:

        Estimado Fernando,

        Muchas gracias por tu correo. He leído con mucho interés el excelente trabajo que has hecho sobre el frente extremeño entre agosto del 38 y marzo del 39 en donde se produjo el ultimo esfuerzo del ejercito de la República.

        También he leído el libro de Roberto Penas con las interesantísimas notas autobiográficas de su padre que, según he podido deducir, estuvo toda la guerra en los mismos frentes que mi abuelo: defensa de Madrid en el frente de Usera y Villaverde, campaña de Levante y de Extremadura. Sin embargo no he podido encontrar ninguna anotación sobre mi abuelo más allá de su posible ingreso en el cuerpo de comisarios en septiembre del 38 y la desmovilización de su CompañIa en marzo del 39 con el resto de la 68 división como comentas en tu artículo y narra el propio Elisardo Penas, retirándose hasta Piedrabuena desde donde los oficiales trataron de alcanzar la costa levantina.

        Crees que podré encontrar algún dato en el Archivo Militar de Avila como diarios de operaciones de la 191ª BM, o se te ocurre cómo puedo seguir buscando la memoria de mi abuelo?

        Muchas gracias de nuevo por tu ayuda.

      • Hola Fernando,
        Por probar a solicitar información en el AGMAV no pierdes nada, primeramente a título personal sobre el nombre de tu abuelo y también sobre la 191ª Brigada Mixta, aunque te comento que sobre esta brigada solo hay un legajo (te adjunto el enlace), pero de febrero de 1939.
        https://www.combatientes.es/IndicesBrigadasAGMAV2.htm
        También te aconsejaría solicitar información sobre el Comisariado republicano en general, por si tuvieran un fondo independiente.
        Sobre este tema te comento que hay dos libros que deberías leer:
        “El Comisariado político en la guerra española, 1936-1939”, de la editorial San Martín publicado en 1973, cuyo autor es Eduardo Comin Colomer y “Los comisarios políticos en el Ejército Popular de la República: Aportaciones a la historia de la Guerra Civil española (1936-1939). Testimonio y reflexión” cuyo autor fue Santiago Alvárez, publicado en la ediciós do Castro, A Coruña, 1989.
        Espero que encuentres algo interesante. Recibe un cordial saludo.

      • Fernando Villarrubia dijo:

        Mil gracias por el consejo. Buscaré como me sugieres en el AGMAV. Leí ambos libros y me parecieron muy interesantes, especialmente bien documentado el segundo. Seguiré mi investigación. Saludos

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